NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

FRANCIA

¿Existe el Fair Play Financiero en Francia?

Tras el brutal mercado que ha hecho el PSG, una de las preguntas más buscadas es si existe algún organismo financiero que controle a los clubes franceses.

¿Existe el Fair Play Financiero en Francia?
AFP7 vía Europa Press

Con el Fair-Play Financiero de la UEFA en stand-by, una de las grandes preguntas del mercado de fichajes ha sido si realmente existe el Fair Play Financiero en Francia. El espectacular mercado estival que ha hecho el PSG, firmando a Messi, Achraf, Donnarumma, Sergio Ramos y Nuno Mendes, unido a las 35 fichas de las que dispone actualmente el conjunto parisino (cinco son porteros) ponen en entredicho el funcionamiento de las estructuras del fútbol francés.

Por poner en contexto, el PSG no se ha saltado las reglas de la DNCG, que traducido es el organismo de control financiero de los clubes en Francia. Aunque Leonardo presentó en junio una partida de ingresos y gastos en la que quería aproximarse a los 180 millones en ventas (de las cuales únicamente ha obtenido 9 en todo el mercado), esas estimaciones eran simples proyecciones y no obligaciones. Si atendemos estrictamente al funcionamiento de la LFP y de la DNCG, el PSG no se ha saltado las reglas, aunque otra cuestión es si se debe regular el límite de fichas en Francia (no hay) o la capitalización externa hasta límites extremos (aplicado también al Rennes, por ejemplo, que ha gastado 79 millones y ha vendido por 44 y gastó 71 durante el verano pasado y tiene a Pinault como dueño del club).

El único objetivo que tiene la DNCG es el que los clubes garanticen liquidez y solvencia. En resumidas cuentas, que dispongan de dinero suficiente para equilibrar sus cuentas. Si un equipo tiene pérdidas de 250 millones (como el PSG en la pandemia) y, si dicho equipo le garantiza al organismo financiero que va a inyectar dinero para paliar los déficits, la DNCG queda por satisfecha. No hay una norma global para cada equipo, si no compromisos individuales de cada club o propietario atendiendo a las necesidades financieras de cada estructura.

Por poner en contexto, el Girondins de Burdeos es uno de los equipos que mejor ejemplifican lo que es la DNCG. El histórico francés estuvo descendido administrativamente durante dos semanas tras el abandono de los propietarios americanos y la declaración del club en bancarrota. Como el Burdeos no tenía fondos para garantizar la solvencia, la DNCG decidió actuar de oficio. Semanas después, Gerard Lopez, hombre de negocios hispano-luxemburgués que también adquirió el Lille durante varias temporadas, decidió inyectar capital externo (a través de un Fondo de Inversión) y se comprometió a tener ventas de 40 millones de € con la DNCG para poder fichar. Un compromiso y una estimación que, aunque pueda tener variables, es independiente del resto de equipos, que adquieren otro tipo de compromisos en función de lo que digan los resultados económicos.. El Burdeos pudo finalmente fichar sin alcanzar dichos ingresos, aunque con un balance neto positivo de 12 millones.

La pregunta es, ¿urge modificar la estructura financiera que tiene Francia? Al no haber un reglamento específico y unánime para todos los clubes, cualquier propietario multimillonario puede inyectar una importante suma de dinero en un equipo que, aunque conlleva una altísima carga fiscal (el Angers, por ejemplo, paga más impuestos en Francia que el Real Madrid en España, para contextualizar), tiene libertad para efectuar las inversiones que quiera. Francia no pone límites a las inversiones y es por ello por lo que el PSG, asegurando solvencia y liquidez, ha podido tener un verano histórico a pesar de las importantes pérdidas que arrastraba de los últimos años. Las palabras de Leonardo de vender por 180 millones no eran una obligación, aunque la DNCG nació con la intención de que las cuentas no tengan grandes saltos entre ingresos y gastos durante cada temporada.

Sin límites de fichas (en España, por ejemplo, hay un límite de 25 para no sobrecargar la masa salarial), sin un reglamento aplicable en global (cada club tiene sus propias “normas” y “compromisos” para garantizar solvencia), en el horizonte queda saber si la LFP buscará una regulación de la DNCG, un organismo del que pocas personas saben cómo funciona realmente y cuyo uso está quedando obsoleto a medida que pasan los años.