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RACING

Que no sea por no subir a La Aparecida

La primera plantilla del Racing cumplió hoy con el rito anual de visitar antes del inicio de cada liga el santuario de la patrona de Cantabria en Marrón

Santander
Que no sea por no subir a La Aparecida
Nacho CuberoDiario AS

Que el Racing tiene vocación de ser el equipo de Cantabria, no solo el de Santander, lo demuestra no solo la historia, el libro de socios y la relación de peñas distribuidas, sino también el pequeño pero significativo detalle de que tradicionalmente ha escogido para iniciar cada temporada el Santuario de la Bien Aparecida, la patrona de Cantabria, y no el de la Virgen del Mar, que es la de Santander. Bien pensado, y viendo los resultados de la última década, no estaría de más pedir ayuda a las dos, tanto en Marrón como en San Ramón de la Llanilla, donde están situados cada uno de los santuarios.

Con la única ausencia de Jack Harper, que continúa enfermo, la expedición racinguista, encabezada por Alfredo Pérez y Pedro Ortiz, presidente y vicepresidente, respectivamente, y máximos accionistas de la entidad, los técnicos, jugadores y empleados de la primera plantilla verdiblanca acudieron a La Bien Aparecida nada más terminar el entrenamiento matinal en La Albericia (que se adelantó media hora). La visita cumplió con la costumbre: Sesión de fotos, ofrenda floral, misa con el sermón del muy racinguista sacerdote Hilario Obregón, los más cercano a un forofo con sotana, redes sociales y simpatía que se puede encontrar, y ofrenda floral a la virgen. En este caso, los portadores del ramo fueron los que Guillermo Fernández Romo ha designado desde el principio sus capitanes, Isma López e Íñigo. Este último jugaba en casa ya que es de Ampuero y vive a escasos cinco kilómetros del santuario. Las restricciones del COVID impidieron el tradicional beso a las reliquias de La Aparecida.

Que no sea por no subir a La Aparecida
Que no sea por no subir a La Aparecida
Que no sea por no subir a La Aparecida

Que no sea por no subir a La Aparecida

Hilario Obregón, el cura racinguista, dejó bendecido a Romo

Foto:Nacho CuberoAS

El sacerdote, en pleno sermón, enseñando su teléfono.

Foto:Nacho CuberoAS

Isma López e Íñigo, haciendo la ofrenda floral.

Foto:Nacho CuberoAS
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Tras cumplir con la patrona, la expedición se trasladó para cumplir con la segunda parte del rito iniciático anual de cada temporada: dejarse invitar a comer en Hoznayo. Desde hace décadas, hosteleros racinguistas de esa localidad del municipio de Entrambasaguas, a medio camino entre Marrón y Santander, ofrecen a los racinguistas tal día como hoy un ágape basado en arroz con pollo y merluza rebozada. Innovaciones las justas, pero éxito asegurado. En la comida, que en la temporada ya se verá.

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Nacho CuberoAS