REAL MURCIA - HÉRCULES

Abde es una mina

El Hércules se impone al Real Murcia con una gran primera parte del marroquí y gracias a un golazo de falta de Toscano. Máxima tensión en el clásico con 13 amarillas.

Abde es una mina
HÉRCULES CF
David Esteve
Redactor de Diario AS desde 2007. Licenciado en la Universidad Cardenal Herrera CEU de Elche, el periodismo fue su gran vocación desde siempre. Entró como redactor de fútbol en Alicante, pero con el paso de los años se considera un periodista polivalente, capaz de contar historias del Hércules, Valencia, Villarreal, Elche o Levante.
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Con la plantilla del Hércules cerrada, el gran objetivo de Carmelo del Pozo y de Enrique Ortiz es retener a toda costa a Abde. El marroquí es una mina. El extremo es decisivo, letal. Abde, salvo oferta irrechazable, no saldrá este verano. Y es que cada vez que pisa el césped se revaloriza, aunque sea en un amistoso. "Es capital para nosotros. Tenemos la suerte de tener a un dueño con capacidad económica y salvo algo irrechazable no saldrá. Puede ser el mejor fichaje del Hércules esta temporada", afirma Del Pozo, consciente de que su extremo es un tesoro que está llamando a la puerta de los grandes.

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Abde, en apenas 45 minutos, sacó todo su repertorio de regates. El marroquí generó todo el fútbol en el amistoso ante el Real Murcia. Provocó un penalti que el colegiado pasó por alto y la falta en la frontal que terminó en el golazo de Toscano de libre directo y que le dio la victoria a un Hércules mejor plantado. El Real Murcia tiene trabajo por delante. El conjunto grana es pura intensidad, pero le falta gente decisiva en la parte de arriba para hacer daño cuando empiece lo serio.

De amistoso tuvo poco el choque. Cada vez que Murcia y Hércules se ven las caras saltan chispas. Poco importa que sea un bolo veraniego y a puerta cerrada. El partido se saldó con 13 amarillas, decenas de faltas y varias tanganas. La sensación de peligro la llevó casi siempre el Hércules. Cuando Abde descansó tras disputar 45 minutos, el caudal de juego del conjunto alicantino bajó. Para entonces, el equipo de Mora sólo tuvo que aplicarse, mantener la intensidad y repartirse las tarjetas que el colegiado mostró sin contemplaciones para intentar poner paz. El Murcia cerró el partido con la ocasión más clara que desperdició Ismael Ferrer casi en la misma línea de gol.

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