La redención de Jesé Rodríguez ya está en marcha
Al poco de saltar al césped contra el Valladolid hizo el empate de manera sublime. Se estrenó como capitán de Las Palmas. Discurso y actitud de líder.
Comparece cada semana Jesé como el hombre de las mil batallas en su cruzada particular por volver a ser el ‘Bichito’ que tanto apuntaba y prometía durante su estancia en el Real Madrid, todo un prodigio de La Fábrica desde que era cadete. A su cruenta lucha contra su lustroso pasado se unen ahora los efectos del COVID-19, un tobillo maltrecho y la continua necesidad de demostrar más que nadie cada vez que salta al césped. Su currículum lo exige.
Inició su segunda etapa en Las Palmas como la primera, en el mercado invernal. La pasada, además, estaba sin equipo hasta que firmó con la UD. Sus discretos números, dos goles en 16 partidos, tenían excusa. “Haciendo una pretemporada completa con nosotros puede llegar a ser determinante”, repitieron como un mantra su entrenador, Pepe Mel, y el presidente y máximo accionista de la entidad grancanaria, Miguel Ángel Ramírez.
Renovado por una temporada, la primera que tuvo se fue directa a la cazuela. Cargando de razones a quienes confían ciegamente en él. En su debut en la pretemporada, ante el Wolverhampton y en Marbella, hizo el definitivo 1-3 a favor de los suyos. Y eso que gran parte del trabajo previo a ese envite del pasado 26 de julio lo venía haciendo en solitario por sus molestias en el tobillo y las secuelas propias de quien superó el COVID-19.
Y en el primer partido de liga, el del domingo contra el Valladolid, se estrenó como capitán. “Estoy muy feliz por llevar el brazalete de este histórico club”, anunciaba. En su redención definitiva, tan cruel el fútbol que ya parece cansado de esperarle, entró en el minuto 58 y seis más tarde hizo el 1-1 final de manera soberbia, ni que el indomable espíritu del Bichito se dejara caer por el Estadio Gran Canaria. Su mensaje a la grada en el éxtasis de la celebración fue inequívoco: “‘¡¡Vamos!!”.
"Estamos en el camino".
“Estamos en el camino. Las sensaciones son buenas”, aseguró a la conclusión del partido de ayer contra el Valladolid. “Estoy feliz por el gol pero más por la reacción del equipo cuando íbamos perdiendo”, confesaba. Eterno discutido por la afición de Las Palmas, ayer dio varias zancadas en busca de la confraternización: “Su apoyo es muy importante, siempre lo ha sido. El gol ha sido especial por poder sacar la ira que tenía de celebrar un gol con el equipo de mi tierra y con mi afición".
Ni que fuera el CID, campeonó cuando menos lo parecía. Gesto y actitud de capitán. Máxima intensidad. Y una redención en marcha.