La UD Ibiza, de Regional a Segunda en seis años
El equipo ibicenco jugaba en 2015 en la Preferente pitiusa y este viernes debutará en LaLiga SmartBank enfrentándose a domicilio al Zaragoza.
La Unión Deportiva Ibiza debutará el próximo viernes en la Segunda División por primera vez en su historia, enfrentándose al Real Zaragoza en el estadio La Romareda desde las 22 horas. El club ibicenco desembarca por fin en el fútbol profesional, como el mayor éxito hasta la fecha del proyecto que encabeza Amadeo Salvo, quien lo reflotó en 2015.
Desde entonces, la entidad ibicenca (ya sociedad anónima deportiva) ha ido subiendo escalones con trabajo y seriedad, pero sin desfallecer. Ha hecho gala de uno de sus eslóganes (‘Climbing to the top’, ascendiendo hasta la cima). En principio, el reto este curso será consolidarse en LaLiga SmartBank, para dar el salto a Primera División en el futuro. La semana que viene empieza una nueva aventura en la categoría de plata, terreno desconocido para los celestes.
Salvo, expresidente del Valencia CF, arrancó su idea de colocar al Ibiza en la Liga de Fútbol Profesional en agosto de 2015. Esa temporada, el club se inscribió en la Regional Preferente de las Pitiusas, pero por normativa aún no podía ascender a Tercera. Sin embargo, se puso la primera piedra del proyecto. En el ejercicio 2016-17, el Ibiza volvió a jugar en Regional, competición que dominó con solvencia. Subió a Tercera, tras eliminar al Sineu y después, con mucho sufrimiento, al Santanyí, ambos conjuntos de Mallorca.
La hoja de ruta del Ibiza seguía con rumbo fijo. Ya en la temporada 17-18, el equipo ibicenco jugó en Tercera División y se metió en la fase de ascenso a Segunda B. Fue pasando rondas (ante el Algeciras y el Getafe B), pero en la última cayó frente al Atlético Levante en los penaltis del partido de vuelta. En aquel momento el entrenador era Francisco Joaquín Pérez Rufete, que había sido elegido para el puesto tras la destitución de varios técnicos durante esa temporada. La UD Ibiza sufría un revés y se quedaba sin el premio de entrar en la categoría de bronce, pero se abrió la posibilidad de dar el salto comprando la plaza del Lorca. Abonó una deuda de casi 500.000 euros que dejó pendiente el club murciano y obtuvo su puesto en Segunda B porque tenía los mayores méritos deportivos (más puntos sumados entre fase regular y ‘play-off’) de todos los solicitantes (optaban a ella también el Cádiz B y el Jaén).
Ya en el curso 18-19, el Ibiza jugó en Segunda B pero no entró en la promoción a Segunda (aquel equipo lo empezó entrenando Andrés Palop y lo acabó dirigiendo Pablo Alfaro). Sí logró jugar fase de ascenso a LaLiga SmartBank en el siguiente ejercicio, ya que estaba en posiciones para disputarla cuando se interrumpió la competición liguera por la pandemia del covid. Sin embargo, en aquel ‘play-off’ express del verano de 2020 el equipo de Alfaro quedó apeado en la primera eliminatoria al perder con el Cornellà (1-2).
Fue un mazazo para la entidad, que renovó ilusiones en la campaña 20-21. Entre ellas en el banquillo, para el que contrató a Juan Carlos Carcedo tras no renovar a Alfaro. La apuesta fue perfecta, ya que el riojano condujo la nave celeste hacia el ascenso. El Ibiza se proclamó campeón del grupo 3 de Segunda B y luego, en la fase de ascenso eliminó al Real Madrid-Castilla y al UCAM Murcia en la final. Ahora comienza la cuenta atrás para el reto en Segunda.