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JUEGOS OLÍMPICOS | FÚTBOL

Kiko: "Aquel verano parecí Bruce Springsteen o Rod Stewart"

El 8 de agosto de 1992, Kiko Narváez fue el artífice del gol que le dio a España su primer oro olímpico en fútbol. 29 veranos después espera un sucesor en Tokio.

Actualizado a
21/11/17 
 Entrevista Ex jugador de Futbol
 KIKO NARVAEZ
21/11/17 Entrevista Ex jugador de Futbol KIKO NARVAEZCHEMA DIAZDIARIO AS

¿Cómo estás, Kiko?

Contento, feliz y deseando que llegue el sábado para conseguir esa ansiada medalla de oro otra vez…

Cuando ganaron en el 92… ¿Eran consciente de que hacían historia?

Sí, sobre todo yo que venía de ganar la promoción con el Cádiz. Otros venían de ganar la Copa de Europa como Pep Guardiola o Chapi. Pero todo lo que rodeaba aquella final era especial: 90.000 personas en el Camp Nou, la llegada del Rey, Fermín Cacho ganando la medalla en 1.500 y todo el mundo se ponía en pie. Éramos conscientes de que era algo especial, lo que no sabíamos es que 29 años después no se iba a haber cosechado otra medalla de oro, con los pedazo de equipos que hemos tenido. Particularmente yo, viniendo de donde venía, sabía que era uno de los capítulos más importante de mi vida.

Siempre dice que en aquel torneo se le hacía la portería muy grande…

Siempre he sido más de asistir que de marcar… Luego me pasó con Schmeichel, en el Sánchez Pizjuán contra Dinamarca jugándonos el Mundial de Estados Unidos… Me quedé mano a mano y juraría que detrás de Schmeichel había una portería, pero yo no la veía, la vi como si fuera de hockey patines. Sin embargo en aquellos seis o siete partidos que jugamos veía la portería más grande que nunca, tenía ese mes que coge cualquier goleador que tiene facilidad para definir. Me pasó en la final: me vino el portero a tirarse, había dos jugadores en los palos y yo sólo veía red. Pensé ‘¡Qué fácil! Sólo la tengo que poner ahí con el interior arriba’. Aquel mes fue una sensación aquel mes de ver la portería más grande que nunca.

¿Aquel torneo fue su salvoconducto a la élite?

Sí. Recuerdo que aquel verano no podía ir a ninguna playa, daba la sensación que era, no sé… Alguien que había marcado 50 goles. Todo el mundo me decía que lo había visto, todos pendientes de aquel partido. Aquel gol le supuso a mucha gente disfrutar una de las noches más felices de su vida… Fue un verano en el que parecía Rod Stewart o Bruce Springsteen, no podía ir por las playas. ¡Me faltó ir con la medalla por la Playa de Valdelagrana! (Risas).

En aquella final tuvo apoyo especial…

¡La Peña Ford Escort! Fueron 15 amigos, por la mañana, desde Jerez. Yo llamándoles desde por la mañana porque uno se perdió a la altura de Albacete. Me hicieron una pancarta, me hizo mucha ilusión porque eran los amigos de toda la vida. Se hicieron el viaje de ida y vuelta Jerez-Barcelona en día y medio. La historia en cada cena es protagonista, aunque cada año la cuentan de diferente manera. En la foto de la medalla siempre estarán los 15 con la pancarta, mis amigos con los que jugué en la barriada… Yo diciéndoles que tuvieran cuidado en el viaje de vuelta. Esa foto y la de mis padres es muy bonita…

¿Ha encontrado ya la medalla?

¡Había una leyenda urbana! Que mi madre la había vendido, pero al final no (risas). Hay peregrinación, cuando van familiares o amigos van a hacerse la foto con la medalla, la tiene mi madre. Tiene la Virgen del Rocío y luego mi medalla al lado…

¿Este equipo de De la Fuente se te parece al de Luis Enrique?

Sí, la sensación es que se le da mucha importancia a la posesión y la creatividad, pero también a la convicción. Nosotros hay que recordar que en aquella época jugábamos con cinco atrás, pero éramos muy fuertes por dentro: estaban SuperLopez, Abelardo y Solozábal. En los carriles Lasa y Ferrer, de organizador el ordenador Pep Guardiola, la pasión y llegada de Luis Enrique, Amavisca, Berges… Y arriba Alfonsito y yo. Teníamos posesión y criterio. En Sub-21 y Sub-23 aquel equipo es de lo mejorcito que ha tenido España.

¿Aquel sistema lo hizo Clemente o Miera?

¡Qué va! Leyenda urbana. Si eso ocurrió podrían hacer una serie de ficción… Allí mandaba Vicente Miera, que vino con el hándicap de unos problemas de salud. Teníamos una unión muy bonita. Y luego el psicólogo Jesús, que éramos muy reacios pero vaya trabajo hizo. Fue un avance. En las primeras citas echaba réflex, ponía la trompeta. En la primera sesión alguno pegó un cabezazo… Lo contó Luis Enrique en un documental, que nos llevó al campo a gritar. ¡No te lo puedes imaginar! Pero para mí… Jesús fue un descubrimiento, un tipo imprescindible.

Los jugadores dicen que hasta que no llegaron a la Villa no vivieron de verdad el ambiente Olímpico. ¿En su caso cómo fue?

A nosotros nos dio mucha vida el primer partido que le ganamos a Colombia, que venía de ser campeón del Sudamericano eliminando a Brasil y Argentina. Eso fue un empujón, pero lo cierto es que nosotros no pudimos vivir el espíritu olímpico, el poder saludar y hacerte fotos con la gente de tu selección, jugar al ping-pong… Eso te impregna de ese espíritu olímpico. Aunque también soy de los que piensa que nos vino de categoría no estar en la Villa Olímpica, porque con 20 o 21 añitos puedes imaginar las hormonas XXL (risas). Fue después de celebrar la medalla cuando estuvimos en la Villa Olímpica, pero no pudimos vivir la experiencia. Sí que lo hicimos en la inauguración, pero fue en un segundo plano. Lo que marca la diferencia actual es estar con tus compañeros de otros deportes. Si no estás en la Villa no has vivido ese espíritu.

De la Fuente dice que fue una cura de humildad para todos…

Totalmente. Nosotros es que no pudimos convivir. Está claro que es una cura de humildad, la pena es que sea efímero y no seamos conscientes en el día a día. Está bien compartir charlas con gente de otros deportes, con menos trascendencia, ojalá ese espíritu olímpico se quedara impregnado para toda la vida, eso significaría que tienen más posibildiades de llegar más lejos. El que tenga alguna duda, convivir con esos deportistas, ver su preparación y su remuneración económica… Puede hacer que estos futbolistas en el futuro digan ‘de qué me voy a quejar yo’.

¿Cree que estos Juegos han acercado a los jugadores a la gente?

Totalmente. Nosotros con Fermín Cacho, estar siempre pendientes de los de waterpolo… Te terminas impregnando, se hace una piña. Encima conviviendo con ellos… Seguro que ahora al haberlos conocido estás pendiente no sólo en los Juegos, sino después. Es un aviso, un toque de humildad, y luego que cada uno lo gestione como quiera.

Luis de la Fuente es el gran arquitecto de todo. ¿Le ve preparado para la Absoluta?

¡Lo veo preparado! Más que preparado, capacitado. Cuando tenga que llegar, si llega, está preparado. Sólo hay que ver sus números y hablar con los jugadores. Tiene la personalidad, la convicción y no le pesaría. Sabe gestionar vestuarios, está capacitado para lo que le echen.

¿Qué hubiera hecho usted si le proponen encadenar Eurocopa y Juegos?

¡Ir! Pero en muchos momentos hay que tener la cabeza fría a la hora de hacer números sobre lo que puede ocurrir en el futuro más cercano. Por ejemplo, a principios de septiembre hay partidos importantes de clasificación para el Mundial, a lo mejor cualquier lesión de Pedri, por ejemplo, que es imprescindible, te puede afectar. A veces hay que tener tranquilidad, pero si le preguntas al jugador va de cabeza a vivir una experiencia así. Lo de estos días, por muchos Mundiales y Eurocopas a los que vayan, no van a repetir las sensaciones que tienes conviviendo con otros deportistas de tu país.

¿Qué tal ve a Pedri?

Con que haga una cuarta parte de lo que hizo en la Eurocopa… Es que con 18 años queremos que pase, que regatee, que marque… Hay que ir con tranquilidad, está en formación y ha dado tres pasos más de lo normal. Hay que ver dónde estaban a su edad Xavi, Iniesta…

¿Hay alguna cosa que no haya contado nunca de aquellos Juegos?

No… Lo que tuve la sensación desde el principio de pena por no haber vivido 10 o 15 días en la Villa. Nosotros si no es por la inauguración y por la final en el Camp Nou… Si no es por eso el espíritu olímpico, el vivir con otros compañeros… Me hubiera gustado haberlo vivido. Lo que jugamos entonces es casi un Mundial Sub-23, excepto por la medalla y jugar ante 90.000 personas. Ganarlo en el Camp Nou sí que lo cambió todo.

¿Qué mensaje manda a la gente sobre esta Olímpica?

Que estén pendientes, que dejen la sombrilla aunque no el tinto de verano, y que manden energía a los chavales que los vamos a necesitar. Que los pequeños detalles caigan del lado de los chicos de Luis de la Fuente.