REAL VALLADOLID 3 - RAYO VALLECANO 1
Un buen Valladolid da cuenta de un Rayo Vallecano pesado
El Pucela se lleva el Trofeo Ciudad de Valladolid, merced a una buena actuación ante un Primera al que le faltó frescor en las piernas.
Un buen Real Valladolid dio cuenta del Rayo Vallecano en el penúltimo ensayo general antes de levantar el telón la temporada. Lo hizo cuajando una buena actuación ante un Primera al que le pesaron las piernas, y que apenas se opuso al arrojo de los de Pacheta al final. No en vano, los blanquivioletas llegaron a disponer de tres goles de renta, que los vallecanos maquillaron con un tanto en el tramo final.
El cuadro blanquivioleta pisó área muy pronto, con dos llegadas por fuera que no concretó Weissman. No fue en esas, pero sí a la tercera cuando se adelantó por mediación de Olaza, que puso el 1-0 a los siete minutos con un disparo de falta exterior bien tocadita, ajustada al palo. Aunque el dominio siguió siendo de los locales, hubo alguna imprecisión que favoreció que el Rayo pisara la otra mitad del terreno de juego, sin generar peligro.
Superada la media hora, Saveljich evitó el remate de Weissman, muy incisivo, que buscó el punto de penalti tras un centro de fe de Luis Pérez. Fueron de las pocas cosas que llevarse a la boca, puesto que, aunque el Real Valladolid quiso, la falta de ritmo le permitió poco. El Rayo, que intentó incomodar esa posesión, buscaba la verticalidad de Andrés Martín y, sobre todo, de Nteka, aunque sin llegar apenas a conectar.
Una buena presión de Marcos André al borde del descanso favoreció una recuperación sobre la línea de cal. Weisman, que acompañó la jugada próximo a las inmediaciones de Luca Zidane, recibió el esférico del brasileño, regateó al cancerbero al más puro estilo Ronaldo y la empujó a la jaula, poniendo el 2-0 antes del descanso. En esa misma acción de robo, Saveljich se quedó tendido y tuvo que ser sustituido por lesión.
Nada más arrancar la segunda mitad, Toni Villa rompió al espacio y esbozó un eslalon que desdibujó las costuras a la zaga. El balón acabó repelido, pero de nuevo terminó en las botas del murciano, que disparó manso, pero Catena no despejó y despistó a Luca, lo que permitió a los blanquivioletas poner el 3-0 sin mucho esfuerzo. Incluso, tres minutos más tarde Sekou superó también a Luca, aunque en fuera de juego.
Una ruptura por banda izquierda de Álvaro, que se topó de bruces con Caro, fue la única aparición de los de Iraola en el primer cuarto de hora del segundo tiempo. Pese a estar claramente más rodados, estuvieron a merced de un Real Valladolid que, para más seña, introdujo más cambios de primeras, nada más salir de vestuarios, lo que favoreció que tuviera las piernas menos pesadas.
Pese a ello, Mario Suárez maquilló el resultado con una llegada desde segunda línea, mientras que Bebé puso a prueba las manos duras de Roberto. Con esos acercamientos, favorecido, entonces sí, por los cambios, el Rayo Vallecano pareció dar un paso adelante, siquiera por la vergüenza torera de ser el equipo de Primera, que no llegó a ser real, porque aunque tuvieron un poco más el balón, tampoco llegaron a amenazar, por lo que el Trofeo Ciudad de Valladolid se quedó en casa.