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Cádiz Club de Fútbol
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Club Atlético de Madrid, SAD
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Finalizado

CÁDIZ, 1 (4) - ATLÉTICO, 1 (2)

El Cádiz le roba la foto a De Paul

El equipo de Cervera ganó el Carranza al equipo del Cholo en los penaltis. Perea igualó el tanto en la primera parte de Carrasco. Agridulce estreno de De Paul.

Madrid
De Paul en su estreno en el Cádiz-Atlético del Carranza.
De Paul en su estreno en el Cádiz-Atlético del Carranza.

Había recibido De Paul un último abrazo nada más saltar, colocarse a la derecha y mirar alrededor. La grada rugía, tanto tiempo las gargantas apagadas. Abrazaba Kondogbia, compañero al centro. Que el argentino se licenciaba, se vestía la rojiblanca por primera vez. Todos los ojos estaban sobre él. Es el fichaje del verano del Atlético, el hombre que Simeone pidió para vestirlo de soldado.

RESUMEN

CÁDIZ: David Gil; Akapo, Haroyan, Fali, Arzamendia (Espino 19'); Salvi (Iza 46'), Alarcón (Chapela 62'), José Mari, Álex (Jonsson 46'); Lozano (Perea 46') y Negredo (Nano Mesa 62').

ATLÉTICO: Oblak; Carrasco (Camus 46'), Vrsaljko (Arias 66'), Nehuén, Giménez (Montero 46'), Saúl; De Paul (Alberto Moreno 46'), Kondogbia, Lemar (Javi Serrano 62'); Borja Garcés (Manu Sánchez 66') y Giuliano.

GOLES: 0-1 (41'): Carrasco. 1-1 (86'): Perea.

PENALTIS: 1-0: José Mari, gol. 1-0: Saúl, parado. 2-0: Iza, gol. 2-1: Kondogbia, gol. 3-1: Akapo, gol. 3-2: Arias, gol. 4-2: Chapela, gol. 4-2: Giuliano, fuera.

ÁRBITRO: Munuera Montero, de Andalucía. Amonestó a Alarcón (14') y Montero (58').

ESTADIO: Nuevo Mirandilla. 4.500 espectadores.

No lo puso fácil el Cádiz, nada, desde el inicio, queriendo salir en su foto, que para algo el Carranza es su torneo, su reencuentro con el público, este año y medio tan largo después. Entró mejor en el partido, más hecho, cocinado, comandado por el Choco. El Atleti, aún frankenstein, entre los nuevos, los regresos, los cholitos que quedaban (Giuliano y Garcés). Con Simeone insistiendo en su plan, los cinco hombres atrás, Saúl mostraba su mejor versión otra vez desde el carril izquierdo. Con pases, desborde, zancada, que cuando Simeone le manda ahí por algo y Simeone acierta más que se equivoca. Carrasco, su hombre con más imaginación, ocupaba el derecho, aunque ni con regates freestyle escapaba de la jaula de Cervera. De Paul, por delante de los centrales, iniciaba su historia en el Atleti con un caño de los que gritan: "Van a pasar cositas...". Y fueron pasando. Pases de 40 metros, trabajo atrás, buen pie.

El Cádiz amenazaba, sí, pero sin intimidar. Y fueron creciendo los rojiblancos sobre ese Saúl bueno, su banda, un cuchillo, y el fútbol fácil de Lemar, como buen camarón. Era el minuto 40 cuando Carrasco, al fin, rompía la jaula. El gol lo firmó él, con pisadita y zurda, pero nació del hambre de un chico, Giuliano, que es todo Simeone.

Cuando el partido regresó del descanso se habían terminado los primeros 45' de De Paul con la rojiblanca. Con cositas, sí, pero poca indicencia. Ya saben, partido a partido. El duelo seguía, con los primeros cambios, cholitos de nuevo a escena y el Cádiz como al principio, más y mejor mezclado, hecho. Camus sacó de la portería de Oblak un gol cantado de Akapo mientras la grada no dejaba de atronar. Había ido entrando el público al campo, ese lugar que es más casa que muchos hogares, desde las 19:18. "Volver es ganar' que rezaban varios carteles repartidos por las puertas de acceso al estadio. Desde el calentamiento no dejaron de sonar las palmas, como quitándose de encima el polvo de tanta ausencia, felices, alegres, aplaudiendo ya sólo por eso, reencontrarse con sus asientos, el sol de la tarde cayendo en la grada de preferencia, el amarillo llenando las palmas, las espaldas y las gargantas.

Razones tenían, para atronar. El Cádiz se había hecho con el control, acorralaba desde su banda izquierda, con Nano y Akapo, y no dejaba de intimidar, ahora sí, por el área de Oblak. Perea mediante. Perea en todo. El meta estrenaba los guantes en un remate a bocajarro suyo y Montero sacaba como podía una pelota que caía como una bomba en sus dominios con Nano y Jonsson lanzándose sobre ella para estallarla. Por el área del Cádiz, mientras, la nada. El Atleti era rocoso pero, sin Carrasco, tan inofensivo como el agua mansa. Hasta Saúl había palidecido. Y tanto iba el cántaro amarillo a la fuente que, claro, terminó rompiendo: a seis minutos del final, Perea le ponía el gooool de nuevo al Carranza en la boca, al batir al esloveno con un disparo raso. Empate, penaltis, y el Cádiz acodado en la foto de De Paul: se llevó el torneo impecable en los penaltis sin que Oblak detuviera ninguno en la tarde en que, cuando comenzó con un abrazo, sólo traía ese nombre como viento de Levante: De Paul.