El Sanse debuta en Anoeta con empate
El filial de la Real, entrenado por Xabi Alonso, jugó su primer partido en el Reale Arena con 1.200 aficionados en las gradas. Buen test entre dos equipos ascendidos a Segunda.
La Real Sociedad B y el Burgos empataron sin goles en el primer partido del filial txuri-urdin en el Reale Arena. Un buen test entre dos equipos recién ascendidos a Segunda división. Porque ambos tuvieron alternativas en ambas áreas, y cada uno con sus armas plantearon un partido intenso y disputado. El equipo de Xabi Alonso ya conoce la que será su nueva casa esta próxima temporada en la categoría de plata, porque hay que recordar que hasta ahora el Sanse jugaba sus partidos en Zubieta. Ademas, pudo hacerlo con algo de público en las gradas de Anoeta, porque hubo unos 1.200 seguidores en el estadio donostiarras.
Puede que fuera el Sanse el que llevó más el peso del partido, siguiendo el estilo de Xabi Alonso de hacerse fuerte con el balón. Pero el Burgos hizo daño con sus rápidas transiciones. Ni uno ni otro aprovechó sus oportunidades. Los donostiarras fueron superiores al Burgos durante la mayor parte del partido, pero aunque tuvo mejores ocasiones que los burgaleses, no estuvieron atinados ante la portería de Herrero. Fue Näis Djouahra quien estuvo más cerca del gol, con un disparo al palo. Tras el descanso, el partido estuvo más igualado, pero sin llegadas a la portería rival. Solo un desajuste defensivo de la zaga realista que no aprovechó el Burgos pudo cambiar el marcador final del partido.
La realidad es que a Xabi Alonso tampoco le quedaban muchos efectivos para afrontar esta especie de ensayo general. Porque era la primera vez que el Sanse jugaba en el remozado Reale Arena, la que va a ser su nueva casa durante toda la temporada. Hasta ahora disputa a sus partidos en Zubieta. Pero la Segunda división es otra historia. Al menos, pudo ver cómo se comportan en este tipo de circunstancias sus ‘potrillos’ como Karrikaburu, Javi Marton… Eso sí, tener a Luca Sangalli ayuda a que todo ruede mejor. Durante la segunda parte tiró del carro contra el Burgos como tendrá que hacer durante la exigente temporada que se les presenta. Ver al donostiarra de nuevo en Anoeta defendiendo sus colores azul y blanco fue una de esas imágenes que te reconcilian con el fútbol. Se lo merecía. Se lo merece el bravo centrocampista donostiarra. Mención aparte merece Urko González de Zarate, que cuajó un primer periodo soberbio, y demuestra que crece cada partido hasta poder llegar a ser importante para la Real. Y Pokorny también jugó sus primeros minutos en Anoeta con bastantes galones. El eslovaco tiene muchos argumentos para ilusionar a la parroquia del filial.