Al Zaragoza se le escapa la victoria al final

Un gol de Oikonomidis a tres minutos del final, en el único disparo a puerta del Atromitos, impidió el pleno de victorias del Real Zaragoza en su concentración de San Pedro del Pinatar. El equipo de Juan Ignacio Martínez venció y convenció frente al Elche (0-2) y el Valencia (0-2), pero en su despedida del Pinatar Center no ha podido derrotar a un rival que en la segunda parte ha hecho gala de una violencia impropia de un amistoso de pretemporada.

Un Zaragoza salpicado de futbolistas del filial (Javi Hernández, Cortés, Carbonell y Puche) salió a mandar desde el primer minuto frente a un rival armado atrás con una defensa de tres centrales. Durante toda la primera parte, la iniciativa y el control del juego pertenecieron al equipo aragonés, pero las ocasiones fueron escasas. Un remate en semifallo de Nieto a la salida de un córner y un disparo lejano de Pablo Cortés fueron todo el peligro del Zaragoza antes de que a seis minutos del descanso una contra de manual entre Ratón, Carbonell y Puche permitió al lateral Fran Gámez, una flecha por la banda derecha, abrir el marcador, confirmando su vocación ofensiva y su olfato goleador, ya que marcó también frente al Valencia.

JIM cambió de portero en el intermedio, dando entrada al titular Cristian Álvarez, y no hizo otros tres cambios hasta la hora de partido cuando Ángel López, Francés y Javi Ros relevaron a Fran Gámez, Jair y Zapater. En esta segunda parte, el Zaragoza mantuvo su propuesta, pero ya le costó más dominar a un Atromitos que endureció el juego y trató de intimidar sin éxito con varias entradas destempladas a los jóvenes futbolistas aragoneses. Aún así se vieron detalles interesantes, especialmente en la botas de Cortés y de Ángel, y alguna jugada de ataque notable, como un remate cruzado del ariete Puche en el minuto 66 que salió rozando el palo.

Tras el parón de hidratación, entraron Eguaras, James, Narváez e Iván Azón, y más tarde Castillo y Bermejo, pero desde la mitad de este segundo tiempo el partido careció ya de ritmo y de dinamismo por la dureza y las protestas de los griegos, que provocaron continuas parones y deslucieron el juego.

Cuando el 1-0 parecía ya inamovible, un disparo por la escuadra de Oikonomidis en el minuto 87 dejó helado a Cristian Álvarez y decidió un empate en un duelo sin brillo.

El Real Zaragoza regresa a casa esta misma noche y disfrutará de fiesta hasta el lunes.