Osasuna lo gana todo y el Amorebieta no se estrena
Tercer triunfo rojillo tras el gol de Oroz en un pleno esta pretemporada y quinto partido sin vencer para los azules, recién ascendidos a Segunda. Estos merecieron más pero les falta colmillo en el área.
El Amorebieta-Osasuna Promesas de Urritxe se cambió finalmente por una cita con el primer equipo rojillo. Lo agradeció el conjunto azul, que sigue con sus ensayos de cara al estreno en Segunda y cuanto más fuertes sean los enemigos, mejor. En realidad, le da igual quién esté enfrente, porque no cambia su partitura, una estructura de tres centrales y dos carrileros largos, más tres en la zona ancha y dos puntas. El pivote en esta ocasión fue San José, lo que dota aún de más cemento a ese triángulo del primer tercero de campo zornotzarra. Es un bloque físico, que se siente cómodo en casa, aunque este año tendrá que emigrar a Lezama. No tiene muchas ocasiones pero si eleva su efectividad de cara a la meta contraria, puede soñar con la permanencia. La falta de colmillo es lo que le condena de momento, porque por merecimientos pudo empatar en el nuevo test estival, pero sin armas en el área rival hay poco que hacer. Y mientras, Osasuna jugó sin el Chimy, que se ha reencontrado con el gol en los últimos tiempos, y con bastantes meritorios. El Amore sigue sin ganar y ya van cinco intentos y los navarros llevan un pleno en sus tres ensayos, la inercia ganadora se mantiene.
Arrasate va recuperando al personal tras el azote del COVID y la incorporación de Budimir tras la Eurocopa. Iñigo Pérez, que no será el más rápido del universo fútbol pero se las sabe todas y ocupa los espacios magistralmente, formó nuevamente de titular, tres de tres, y tuvo que irse al lateral izquierdo porque Cote sufrió un problema en el muslo izquierdo en la primera parte y Juan Cruz, que estaba de cumpleaños, no entró en convocatoria. No está madrugando el cuadro navarro con el gol, los hace en la segunda parte. Su mayor experiencia se notó en esta faceta, aunque tras el descanso, con el cambio de sistema, quedó muy desdibujado y mereció ceder su ventaja.
El partido arrancó con ritmo, con los visitantes llegando más. Oier, que adelantó mucho su posición, tiene mucha punta de velocidad pese a estar en plena pretemporada y dispuso de tres ocasiones claras, aunque el Amorebieta, contundente en defensa de la mano de un gran Markel Lozano, llevó el ritmo e imponía su plan. Eso sí, el balón tenía más velocidad en los pies del equipo de Primera. Ibáñez aprovechó la tarde con ese juego que tanto gusta a Arrasate de intentarlo, ofrecerse y darla rápido. Sus desbordes y regates rompieron el juego demasiado pesado y previsible de Osasuna, muy cargado por las sesiones físicas de estos días. Unai García sabe que se tiene que ganar el puesto y estuvo muy atento en la recuperación ante un Amore que no se guarda nada, va al choque, presiona y reduce el campo con su movimiento constante.
En la segunda parte los rojillos salieron más decididos a ir a por el partido. Los centrales abandonaron la cueva con la intención de desordenar a los azules, pero es difícil que estos se desorganicen. Las contras de estos provocaron más de un susto a Herrera. Una buena jugada trenzada por cinco jugadores en el minuto 53 sentenció el partido con el único gol de la tarde. Inició la maniobra Vidal por la derecha. Se la entregó a Oier, que como siempre la prolongó al sitio adecuado, hacia Rober Ibáñez, que vio la incorporación de Iñigo Pérez por el costado izquierdo. Este la cedió rápida a la joven promesa Aimar Oroz, que la clavó de un gran zurdazo.
Pero no se arrugó el equipo de Vélez de Mendizabal. Amorrortu siguió rondando la meta de Herrera, aunque en la ocasión más clara de los vizcaínos la cruzó demasiado con la cabeza. Poco después en una contra Aldalur centró a San José, pero este la extravió en el punto de penalti. Orozko también dispuso de una buena oportunidad. Todo agua. Los navarros acabaron imitando el sistema enemigo con tres centrales, con los García y Aridane de líbero. No les fue muy allá y el partido cayó mucho. Parecían cansados ambos y les costaba tener claridad de ideas en la salida del balón. Debutó Grau. Budimir, el fichaje más caro de la historia El Sadar, se estrenó esta pretemporada, pero apenas se le vio. El carrusel de cambios desdibujó un tanto los minutos finales, aunque el hecho de ver gente en la grada, con sus ánimos, el runrún, hasta cierta protesta y los aplausos, reconfortan en cualquier bolo veraniego.