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AMISTOSO | VALENCIA 0 - REAL ZARAGOZA 2

El derbi de los primos se lo llevó Juan Ignacio

El Real Zaragoza, con goles de Narváez y Gámez, superó al Valencia, que sufrió su primera derrota en la era Bordalás; Gayà y Maxi Gómez jugaron sus primeros minutos.

Hugo Guillamon pugna por un balón en el centro del campo.
Fito González

El derbi de primos se lo llevó Juan Ignacio. Su Real Zaragoza le endosó a Bordalás su primera derrota como entrenador del Valencia. El equipo del pequeño de la familia Jiménez, el parentesco les viene por parte de madres, superó en todas las facetas a los blanquinegros, que siguen lastrando la falta de efectivos en la medular. Juan Narváez, con un gol y una asistencia en el segundo que anotó Gámez, sentenció un encuentro que, más allá del reencuentro entre primos, sirvió para que ambos clubes homenajearan y mandarán ánimos a Fernando Cáceres.

Bordalás y Juan Ignacio comparten sangre, aunque sus estilos futbolísticos son diferentes. La puesta en escena del Real Zaragoza tuvo el sello de Juan Ignacio y su posesión, su salida desde atrás y su juego entre líneas, se impuso a la presión del Valencia. Por más que la presencia de Gayà y Maxi Gómez daba empaque al equipo blanquinegro, ni el lateral estaba físicamente para muchos trotes ni al uruguayo le llegaron balones para marcar diferencias. El Valencia sigue esperando a gritos la llegada de refuerzos para su medular, que tiene en la enfermería a Racic, de vacaciones a Wass, en las olimpiadas a Soler y sin noticias del fichaje de un ‘6’. Ahí, en la zona ancha, Eguaras e Igbekeme fueron los amos; en el área lo fue Juan Narváez.

El colombiano, cuyo futuro está por determinar, como el de otros muchos futbolistas que actuaron en Pinatar, llevó loca a la zaga blanquinegra. Narváez no perdonó cuando Bermejo le colocó un pase de la muerte de manual y, al filo del descanso, rompió a Gabriel Paulista para asistir en el 0-2 a Gámez. El resultado solo era un reflejo de lo que ofensivamente habían ofrecido unos y otros. A fin de cuenta Cristian Rivero fue de lo mejor del Valencia, mientras que tanto a Álvarez como después a Ratón les probaron poco o nada. Un tímido cabezazo de Maxi Gómez en la primera mitad y pare usted de contar.

Inclusive, cuando el Valencia tomó el control del balón, que fue tras el paso por los vestuarios, los de Juan Ignacio continuaron dando mejores sensaciones que los pupilos de Bordalás. Digamos que el Valencia tenía la posesión y el Real Zaragoza, el dominio de la situación. Los aragoneses supieron encerrarse atrás y en tres contragolpes, los de Juan Ignacio generaron más peligro que los de Bordalás en cuantos ataques realizaron. Hoy no estará contento Bordalás con lo que vio en Pinatar. Seguro que no.