Del Cholo al Cholito

Diecisiete años después, un Simeone se enfundaba la rojiblanca para jugar por el Atleti. En el césped y no el banquillo, derramando apellido en cada lance. Era Giuliano, el último Cholito. Porque lo que le dejó el partido en Burgo de Osma a su padre, aparte de un empate en 90' y una victoria final a penaltis, el Cholo ya lo traía sabido de casa: su hijo. El de 'Tal palo tal astilla' fiel llevado al fútbol.

Saltó el campeón ante el Numancia aún temblando por la noticia del positivo en COVID de Kondogbia, lleno de chicos, ocho, y esos dos actores llamados a protagonistas en el once: Saúl y Giuliano. Los focos se los pidió pronto el último. "No hay partido amistoso", que ha escuchado desde la cuna. Y así jugó. En todas partes, inteligente en los duelos y en la presión, haciendo honor a su apellido. Simeone. Los 900 afortunados que pudieron vivirlo allí, desde la grada, con distancia y mascarilla pero allí, rejuvenecían 20 años. Un Simeone que, junto a Valera, llenaba de pundonor y garra la hierba. Enseguida subiría al marcador.

Porque el Numancia se vio arrollado en los primeros minutos por un Atlético que no dejaba de llamar a la portería de Varea. Giuliano peleaba, luchaba y se llevaba una pelota que centró al área y Camello dejó pasar para el disparo de Soriano. Gol. 0-1. Simeone bajo su gorra negra no pudo evitarlo. Sonreír.

¿Y Saúl? ¿Qué pasaba con Saúl? Que no quería los focos, que los rehuía, como escondido en el mediocentro. No le salía nada. Ni los pases ni las carreras, como si su cabeza estuviera ya lejos, muy lejos, en Barcelona, Manchester o Liverpool, pero no aquí y ahora, en el Atleti. El gol del Numancia nació de un error suyo. Un pase horizontal en la zona de creación que acabó con un disparo de Diego Suárez al fondo de la red de Oblak. El descanso llegó con el Numancia volcado en su portería y una carrera de Saúl sentando rivales y luciendo zancada que recordó a las fotos de antes. A las de hace dos años, esas de Saúl a las que ya le han salido arrugas.

La lucha de Garcés, las paradas de Grbic

Otros Numancia y Atlético saltaron a la segunda parte, llenos de cambios. El primero continuó con el control. En el segundo destacaron la lucha de Garcés, los minutos de Marcos Paulo, las paradas de Grbic y que Saponjic, oh sí, Saponjic existe (o no, en verdad no porque en este partido de chavales tuvo 20'). El ganador se decidió a penaltis. Camus marcó el decisivo para el Atleti. En el banco ya hacía un rato que descansaba el Cholito. Sin que la sonrisa se le fuera. Como a su padre.