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A Marcelino le toca resignarse

La plantilla no acaba de aligerarse, no llegaron Moncayola ni Javi Martínez, se ha traído a uno que no conoce (Petxarroman) y se disgustó con el 'caso Yuri'.

Marcelino, con cara preocupada ayer con el presidente Elizegi y la directiva Villamandos
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Marcelino emplea el término "ilusión" en todas sus comparecencias. Así arrancó la etapa en el Athletic en enero, en días en lo que todo salía bien. La inercia positiva que se trajo posibilitó un título en tiempo récord. La Supercopa 2021 entró en las vitrinas del museo de San Mamés. Los siguientes objetivos eran las finales de Copa, la que heredó de Garitano de 2020 y la que se labró con mucho tino en el actual ejercicio. Pero a partir de ahí, las cosas se fueron torciendo. Una vez más el exceso de responsabilidad agarrotó a los rojiblancos en las citas por un título grande. Esa vía de agua la han tratado de cerrar ahora con la llegada de un nuevo psicólogo, Carrascosa.

Con el final de la temporada marcó bien claras sus ideas: quería reforzar la parcela ancha y en ese perfil puso en su libreta a Moncayola y Javi Martínez. Pero no hay dinero en caja y las ofertas que se podían pasar eran a la baja. El primero ni llegó a recibirla. Renovó con Osasuna casi de por vida soñando con ser el Patxi Puñal de esta década. El segundo, con un tercer intento por parte de Ibaigane para reclutarlo, prefirió escuchar el sonido de las monedas de Catar. En su lugar, desde el Sanse, llegó Petxarroman, del que el técnico asturiano confesó que no conocía nada e iría analizando en pretemporada. 

Antes de eso, el preparador del Athletic avisó de que aspiraba a una plantilla mucho más adelgazada. Quería 20 jugadores de campo y dos porteros. El goteo de salidas está siendo muy lento, pero esto es algo que se repite en todos los clubes del mundo y más en un Athletic con las fichas altísimas. Salieron Iñigo Vicente, cedido al Mirandés, e Ibai, al que se le pagó parte del contrato del año que le quedaba. Ahora, con la carta de libertad bajo el brazo, confía en encontrar destino más pronto que tarde. El Girona, de Segunda, se ha interesado por él en los últimos días. García Toral tiene en estos momentos 33 jugadores, aunque está la carta de seis cachorros que aún no tienen destino asegurado. A Kodro, Córdoba, Nolaskoain y Unai López ya se les comunicó en mayo que no contaban. Los tres primeros están lesionados (Córdoba se encuentra cerca de volver) y es más difícil encontrarles acomodo. Y Unai López ha jugado como titular el primer amistoso del año y brilló en el segundo, pero el técnico ya dejó claro que su situación no varía: "Sería mal profesional tomar una decisión por momentos puntuales". 

El entrenador de Villaviciosa tuvo que 'torear' ante los medios con la fotografía de Muniain, el capitán, encendiéndose un puro en Ibiza. Ve lógico que los chicos disfruten a tope en sus vacaciones. Lo que ya no le ha gustado tanto es cómo se ha gestionado el 'caso Yuri', hasta el punto de se han generado ciertas fricciones con el cuerpo médico. "No lo entiendo. No me gusta que un jugador que desde abril no ha jugado se tenga que operar ahora. Desde el desconocimiento, la lógica me dice que debíamos haber actuado de otra manera", dejó caer hace días. El lateral izquierdo ha estado tres meses preciosos sometiéndose a un tratamiento conservador y ahora deberá estar otros tres de baja tras operarse finalmente en Paris. Confesó ayer que se ha tirado todo el año entrenando y jugando con dolores. Ayer llegó el presidente Elizegi a la concentración de Sankt Gallen. Habló con el técnico, que seguro que le trasladó algunas de estas inquietudes. El dirigente trata de sofocar el incendio: "Marcelino más que enfado muestra pena, porque era importante que el máximo de efectivos hubiera iniciado la pretemporada. Ha habido máximo detalle y máximo seguimiento porque la preocupación era constante". Al menos, García Toral sonríe al ver los evidentes progresos del equipo el martes en el amistoso ante el Dínamo de Kiev.