Juventud y veteranía para los dos centrales
El Girona cuenta con Santi Bueno, Arnau, Juanpe y Bernardo para el eje de la defensa, una de las posiciones mejor cubiertas de la plantilla
Dijo Míchel durante su presentación como técnico del Girona que trabajar con futbolistas jóvenes era “uno de los motivos por los que me hice entrenador”. Y en Girona tendrá elementos de sobra para realizarse como técnico, pues el club cuenta con un buen puñado de futbolistas de temprana edad que deberá desarrollar durante su etapa como técnico del club rojiblanco. Pero hay dos que destacan sobre el resto, sobre todo por su importancia en el equipo ya en la pasada temporada con Francisco de entrenador: Santi Bueno y Arnau.
La plantilla del Girona cuenta hoy con cuatro centrales (Bueno, Arnau, Bernardo y Juanpe) por lo que si no sale ninguno es una posición que el equipo tiene perfectamente cubierta. Míchel, además, ha jugado prácticamente siempre con un esquema con dos defensores centrales por lo que tener a cuatro en la plantilla es un número más que razonable. Y estos cuatro se dividen en dos grupos diferenciados: dos jóvenes y dos veteranos.
El curso pasado fue la temporada de la irrupción tanto de Arnau como Bueno, dos futbolistas que prácticamente no habían tenido presencia en el equipo antes. Arnau ninguna, era juvenil, hasta que Francisco le reclutó a causa de las bajas en defensa. Y se ganó un sitio. El joven, de 18 años, no abandonó la titularidad, que ostentó durante las jornadas finales en las que ofreció un rendimiento excelente marcando incluso un gol. Santi Bueno, por su parte, fue una pieza clave ya desde principio de año. Pese a llevar tiempo en el club no fue hasta el curso pasado cuando se asentó en el once titular. A sus 22 años es uno de los baluartes en defensa del equipo y uno de los grandes activos del club. Ha despertado el interés de otros clubes, algo lógico debido a su edad y potencial. Hay futuro en la posición de central.
Pero también hay, y mucha, veteranía. Juanpe (30 años) y Bernardo (32 años) son dos centrales contundentes, veteranos y que llevan a sus espaldas ya muchas temporadas rindiendo a un buen nivel. Sobre todo el canario, que fue un fijo en el equipo desde que llegó el año del ascenso, en 2016. Hasta la temporada pasada fue un fijo, en Primera y Segunda, independientemente del entrenador. Un poco más irregular fue Bernardo, en quien Machín confiaba plenamente pero que, tras una cesión al Espanyol, no contó con la misma confianza de los otros entrenadores que han ocupado el banquillo de Montilivi. Ahora tienen otra oportunidad más con Míchel, que deberá decidir por quién apuesta para guardarle las espaldas a Juan Carlos.