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La historia de superación de Youssef, el marroquí que deslumbra en España
Empezó jugando en el equipo de su pueblo gracias a que su padre el empleado de mantenimiento. Pero su historia cambió en el Toledo.
Youseff es uno de los muchos talentos que persigue el sueño de vivir del fútbol. De familia humilde, empezó jugando gracias a que su padre era el encargado de mantenimiento del Joventut Bisbalenca (equipo de su pueblo). Su familia no podía pagar la cuota, pero finalmente pudo entrar gratis. Allí deslumbró y en infantil de segundo año consiguió que le llamase el CF Vendrell, donde ya empieza a jugar en una categoría importante enfrentándose a Barça y Espanyol, como más destacados.
Su sueño se iba acercando y en el Cubellas se adelantó a lo previsto debutando con los juveniles que eran mayores que él. Posteriormente, una de sus mejores etapas llegó en el Toledo DH siendo juvenil de segundo año donde lo jugó todo y entrenó a las órdenes de Onésimo en el primer equipo. Todo esto hace posible que vuelva a tener la oportunidad de competir en DH en el Reus, donde empezó a ver el fútbol de otra manera y el mismo admite que su grado de implicación subió. Esa campaña empieza a acaparar multitud de apariciones en prensa y consigue encadenar grandes partidos que le hacen poder acudir a su primera convocatoria con su selección, Marruecos, con la sub 18 en Rabat, eso le convierte en uno de los jugadores más codiciados del mercado. Reconoce que esa temporada para él fue clave y en ese mismo verano la selección de Marruecos le vuelve a llamar a su puerta, pero esta vez para la Sub-20, es en ese momento donde se acuerda de la dificultad que ha tenido el camino. "No hay nada más bonito que poder mirarte la camiseta y ver que estás defendiendo a mi país, mis padres llenos de orgullo...", afirma.
Tras rechazar ofertas importantes, finalmente se decanta por el Tenerife B llegando a estar en dinámica de primer equipo, empezando con Garai, dónde reconoce que le enseñó mucho, también estuve al mando de los mayores con Sesé Rivero, el cual reconoce que es un grandísimo profesional que le ayudó mucho, y Rubén Baraja, del cual también obtuvo muchos buenos aprendizajes.
Tras un bueno año en la isla, da el salto al filial del Racing donde consigue un ascenso fundamental a Segunda RFEF siendo uno de los jugadores más destacados. Ahora, sigue buscando nuevos retos para alcanzar el objetivo que siempre persiguió: vivir del fútbol. Sin olvidarse de que empezó en este deporte gracias a la ayuda de su padre.
