Míchel o García Pimienta: dilema para el banquillo del Girona
La dirección deportiva rojiblanca sigue sin cerrar al sustituto de Francisco. Los dos técnicos gustan y la decisión definitiva podría alargarse hasta la próxima semana.
El Girona parece que ya está estrechando el cerco y, si todo sigue según lo previsto, la próxima semana tendrá nuevo entrenador. Tras el adiós de Francisco, la dirección deportiva gerundense ha ido descartando nombres de la lista de posibles sustitutos y hay dos claros favoritos: Míchel y García Pimienta. Salvo sorpresa, uno de los dos será el elegido. Ambos gustan al director deportivo, Quique Cárcel, y las reuniones son constantes en los últimos días. Además, ya se les han trasladado las ofertas, en un principio con contratos por una temporada más otra opcional, y las próximas horas serán claves.
Suplir a Francisco no será sencillo porque, como técnico del Girona, alcanzó dos finales de playoff de ascenso a Primera de manera consecutiva, aunque la dirección deportiva trata de romper con el pasado y buscar un nuevo rumbo. Se quiere un técnico que apueste por un juego tan vistoso como efectivo, algo que ha caracterizado a los equipos de Míchel y García Pimienta. Míchel, sin duda, es el que tiene más experiencia a nivel profesional en los banquillos porque ha dirigido 100 partidos en Segunda y 46 en Primera. Su saber hacer y trato con los jugadores es algo a su favor y además, otro aspecto que se valora también de manera muy positiva es que ha logrado dos ascensos a Primera: con el Rayo la temporada 2017-18 y con el Huesca la 2019-20. Y precisamente eso es lo que se busca en el Girona, regresar, tras dos finales de playoff perdidas, a la máxima categoría del fútbol español.
Por otro lado está Francisco Javier García Pimienta. Su ADN Barça encandila al Girona y de ahí que, pese a que sólo ha dirigido seis partidos en Segunda División al filial azulgrana (2017-18), su filosofía y buenos resultados en los últimos años en Segunda B le avalan. Año tras año ha logrado moldear a los jóvenes valores del Barça y en las dos últimas campañas colocó al B en el playoff de ascenso a Segunda División. El objetivo final se le resistió porque hace dos años le ganó el Sabadell en la final y el curso pasado, en la semifinal, el UCAM Murcia fue su verdugo en los penaltis. Pero también ha demostrado estar preparado para liderar un proyecto como el del Girona y de ahí el dilema.