Los secretos de La Rojita: el gracioso, el ligón...

En estos tiempos de pandemia, donde los jugadores están en una burbuja durante las concentraciones para reducir el riesgo de contagio, la mejor forma de conocer lo que ocurre en el grupo es a través de sus protagonistas. Por eso AS quiso que Javi Puado desvelara el rol que desempeña cada futbolista dentro del vestuario. En el más serio tardó poco en responder: “Iñaki Peña”. Pocas dudas tuvo en decantarse por el más gracioso: “Bryan Gil”. El extremo del Eibar, además, es bromista y también acepta de buen grado los vaciles: “Se le hacen muchas bromas a Bryan... También a Cucurella, por el pelo”.

Nunca puede faltar en un vestuario el despistado (empanado, en el lenguaje millennial): “Ese rol es para Miranda”. Por supuesto, siempre hay alguien que mira para otro lado cuando toca pagar la cuenta: “¡Pedrosa! (risas)”. Al salir de las habitaciones, alguno suele tardar más que otro: “¿El más presumido? Álvaro Fernández, segurísimo, está todo el día peinándose, duchándose, echándose cremas en la cara…”.

Entre los complementos de viaje, algunos cargan con un secador a todas partes: “A Álvaro y a mí nunca nos falta...”. Por último, todo vestuario tiene a un ligón y en eso Javi Puado tiene confianza en sí mismo: “Yo, seguro”.

Este buen ambiente que se ha formado, en el que todos comparten bromas y buenos momentos, es en gran medida responsabilidad de Luis de la Fuente. “Es el que nos lleva todos los días, el que hace que estemos unidos. Independientemente de quién juegue lo importante es el equipo, es lo que nos transmite el míster. Es muy exigente, porque cualquier error te saca del torneo. Gracias a esa exigencia que nos transmite el equipo es así de fuerte”, dice Puado. Por eso, el rol de decir la última palabra antes de jugar no podía ser para otro: “Ese es el míster”.