El Madrid, condenado a indemnizar a un excanterano
Según informa 'Vozpópuli', el conjunto blanco tendrá que pagar 1.56 millones de euros a Francisco Manuel Tena por haberle rescindido el contrato sin compensación alguna.
Francisco Manuel Tena llegó al Real Madrid Castilla en 2016, procedente del Sevilla Atlético y se marchó en 2018 después de que el conjunto blanco le rescindiese el contrato. El centrocampista denunció al club por haber puesto fin a la vinculación que les unía antes de tiempo y sin compensación económica alguna. Según informa Vozpópuli, el Tribunal de Justicia de Madrid dio la razón al futbolista y el club llevó el caso a instancias mayores. Sin embargo, el Tribunal Supremo también ha fallado en favor de Tena en sentencia fechada el 24 de abril. Así, el Madrid tendrá que pagar 1.56 millones de euros al excanterano.
El ahora jugador del Ejea, en Segunda B, se vio sin equipo en enero, cuando el contrato estaba firmado hasta el 30 de junio de 2018. La sentencia a la que se refiere Vozpópuli denuncia que el conjunto blanco "contrató a otro jugador para esa temporada". Así como señala que la cláusula de rescisión asignada al futbolista era abusiva (30 millones de euros). Las lesiones acompañaron a Tena durante el comienzo de la 2015-16 y la sentencia considera que el conjunto blanco, con su decisión, rebajó su caché, cortando su progresión.
En un principio, el Juzgado de lo Social número 35 desestimó el caso, pero tiempo después, tal y como avanzábamos, el Tribunal de Justicia de Madrid dictaminó que el Madrid debía indemnizar a Tena con 1.56 millones de euros. Vozpópuli contactó al conjunto de Concha Espina, pero no han querido hacer comentario alguno de una sentencia que, según añaden, no tiene paralelismos, al menos, en los últimos cinco años.
Tras su salida del Madrid, Tena se pasaría el resto de la temporada en blanco y se uniría al NK Istra de la Primera División croata. En enero de 2019 cambió de aires de nuevo y fichó por el Sanse, donde permaneció hasta que en agosto de ese mismo año reforzaba la sala de máquinas del Ejea, donde ha encontrato finalemente la estabilidad.