A falta de dos victorias seguidas, dos derrotas consecutivas
Marcelino no quería acabar el año sin sumar seis puntos en dos jornadas, pero no lo ha logrado y queda en el remate de la temporada una sensación agridulce.
Desde el 27 de junio y 1 de julio de 2020. Un sábado en San Mamés ante el Mallorca y un miércoles en Mestalla ante el Valencia. Las jornadas 33 y 34 del ejercicio pasado. Esos son los últimos casos en los que el Athletic ha encadenado dos victorias. A partir de entonces, el equivalente a una temporada completa, nada de nada. Y mira que ha estado cerca. Ni Garitano no Marcelino lo han logrado. Han tenido 11 oportunidades y las han desaprovechado todas. Lo tuvo al alcance de la mano el mes pasado el cuadro rojiblanco en cuatro días, tras ganar al Atlético en casa y recibir al Valladolid, pero se durmió en los laureles y le frenó el enésimo empate. Algo parecido le sucedió tras arruinar la Liga al Sevilla el 3 de mayo. Después llegó Osasuna a San Mamés, y unas nuevas tablas.
Marcelino no ha dejado de repetir estos días que el problema del equipo es la irregularidad y que no se llegará a alcanzar metas altas si no se crea el hábito de encadenar triunfos. El partido de ayer ante el Madrid suponía la última oportunidad para agarrarse a esos seis puntos en dos jornadas. Y tampoco hubo suerte. A falta de eso, primera tacada de dos derrotas consecutivas con el técnico asturiano, en el triste día de Huesca y ante los merengues. Solo ha pasado otra vez esta temporada. En octubre, ante un Cádiz que acabó con nueve y el Alavés.
Por primera vez desde 1963, y por tercera en su historia, el Athletic completará una Liga sin ganar dos partidos seguidos. Por entonces la competición tenía 30 jornadas, por las 38 de ahora. No hay muchas esperanzas por que el equipo vaya a maquillar el final de año en Elche el fin de semana en la última jornada, ya que los franjiverdes se juegan la permanencia. A falta de esa cita, el equipo de Marcelino lleva 5 puntos sobre 15, los empates contra Valladolid y Osasuna y la victoria en el Sánchez Pizjuán. No es más que una tendencia marcada en los últimos tiempos, en esa carrera final en la que todos los equipos pelean por consolidar sus objetivos. En 2018 con Ziganda se lograron 4 puntos en las seis últimas jornadas, con Garitano en 2019 se amasaron 7 y con este mismo técnico el año pasado se rebañaron 6. Ahora van cinco y como mucho se alcanzarán 8 de 18.