La Real B sueña tras dejar KO a un Andorra desquiciado
Riverola igualó el tanto de penalti de Navarro y llevó la eliminatoria a la prórroga. Las expulsiones de Vilà y Pastor dejaron sin opciones a los tricolores.
La Real Sociedad B de Xabi Alonso está a sólo un paso de sellar su sueño de ascender a Segunda División. El conjunto donostiarra sufrió para dejar en la cuneta a un Andorra tan luchador y digno como desquiciado. Los de Eder Sarabia lograron llevar la eliminatoria a la prórroga después que Riverola igualara el tanto de penalti de Navarro, pero a base de expulsiones se quedaron sin argumentos para intentar ganar. Las rojas a Martí Vilà, en el 81’, y a Pastor, en el 101’, fueron una losa excesivamente pesada y, al final, Lobete les marcó el camino a casa con el 2-1 definitivo.
Fue un duelo tremendamente parejo pese a que la Real Sociedad B salió dispuesta a marcar territorio ya desde el inicio y atropelló al Andorra. Jugadores como Navarro, Karrikaburu y Alkain salieron con una marcha más que el resto y camparon a sus anchas en el Francisco de la Hera. El conjunto tricolor bastante hacía con achicar agua y en el 6’ Alkain avisó. Intentó aprovechar el error de Adri Vilanova, pero en el mano a mano con Ratti no acertó. Eso sí, el atacante del filial pidió del penalti, aunque el colegiado no quiso ver nada. Más complicado lo tuvo para desentenderse un minuto después en una mano de Loureiro dentro del área y decretó la pena máxima. Navarro tomó la responsabilidad y no falló. Corría el 7’, la Real Sociedad B mandaba en el marcador y ello fue lo que necesitó el Andorra de Eder Sarabia para enchufarse. Carlos Martínez se puso el equipo a la espalda y, en el 14’, vio cómo se le anuló un gol por fuera de juego. Los tricolores dieron un paso al frente, Sarabia instó a su grupo durante la charla en la pausa de hidratación a dejarse de llevar y, en el 37’, llegó el premio. Hacía tiempo que el filial donostiarra estaba colgado del palo, sin mostrarse en ataque, y Riverola firmó el 1-1 con un lanzamiento de falta magistral.
El empate fue un volver a empezar para ambos, pero en la segunda mitad se olvidaron de atacar. El Andorra era el que estaba más achuchado porque necesitaba ganar para alcanzar la final y, en el 81’, empezó a llenarse la mochila de peso con la expulsión, por doble amarilla, de Martí Vilà. Y ese fue el principio del fin para los tricolores porque la prórroga se les hizo eterna. La roja directa a Pastor no ayudó y el 2-1 de Lobete fue la estocada definitiva a un proyecto de Piqué que tendrá que esperar, como mínimo, un año más para pisar el fútbol profesional.