Emperador Fernando
El equipo de Nervión se vuelve a acercar a los de arriba tras ganar al Valencia gracias a la salida de su primera unidad, sobre todo del brasileño, asistente de En Nesyri.
El Sevilla vuelve a mirar al tercer puesto y, desde el milagro, a LaLiga tras derrotar al Valencia en un partido Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que mutó de soporífero a vertiginoso con la llegada de la segunda mitad. Aparecieron entonces una mayor valentía de los de Voro y, sobre todo, los cambios de Julen Lopetegui, que había dejado de inicio en el banquillo a buena parte de su primera unidad y tras la reanudación la fue introduciendo en el campo. Decidió sobre todo Fernando Reges, Emperador de Nervión: el hombre que solía sostener al equipo blanquirrojo en el pivote defensivo y que en los últimos tiempos parece haber vuelto a sus tiempos de box to box. El brasileño, mejor jugador de LaLiga en el mes de abril, había hecho tres goles en los últimos seis partidos y añade una asistencia a En Nesyri para que su gol luciera solitario en el marcador.
Escudero, Gudelj, Óliver Torres, Óscar Rodríguez, Ferro, Lato, Vallejo... Lopetegui y Voro apostaron por dos onces extraños, repletos de futbolistas que no han tenido habitualmente el cartel de titulares. Y sí: por momentos pareció un partido más veraniego, de pretemporada, que de la antepenúltima jornada de Liga. Escaso ritmo en la circulación de balón, mucha pérdida tonta, pocas ocasiones. En Nesyri anduvo fallón en alguna escapada, Suso y Gudelj apretaron a Cillessen desde fuera del área, y eso, tirar desde lejos, es únicamente lo que pudo o supo hacer en la primera parte un Valencia tímido y aculado, con los mismos cinco defensas que sirvieron para derrotar al Valladolid.
Algo diría Voro en el vestuario, porque los suyos salieron mucho más audaces al campo en la segunda mitad. Era el Valencia el que dominaba con Guedes repartiendo inspiración entre líneas. Córners, internadas, disparos que abortó Bono... Todo hasta que Lopetegui dio un volantazo e introdujo en el campo a Acuña, Papu Gómez y Fernando, tres de los a menudo titulares que aguardaban esta vez en el banquillo.
Se había activado el Sevilla para tomar el dominio, aumentar la velocidad de la pelota y coleccionar peligro hasta que Fernando, imperial en su área y voraz en la rival, conectó con En Nesyri para que el marroquí sí acertara esta vez, con su 18º gol de la temporada (1-0, 67'). Trató entonces Voro de provocar también una reacción en su equipo mientras el equipo local buscaba alguna contra. Pero Cheryshev, Yunus, Gameiro... Ninguno fue capaz de seguirle el ritmo a un insistente Guedes, demasiado solo en sus intentos y finalmente desesperado, sin ni siquiera el premio de un empate que le habría dado al Valencia la salvación matemática.