El naufragio de la unidad B
Jugadores como Trincao o Pjanic han ido perdiendo protagonismo durante el curso. Otros, como Júnior, Riqui o Matheus, nunca lo tuvieron. Umtiti es un caso marcado por las lesiones.
"Vamos justitos", dijo Koeman el lunes en sala de prensa. Y el martes se confirmó. El Barça ha llegado boqueando a final de temporada, con jugadores cargadísimos de partidos que dan síntomas de cansancio y el entrenador holandés ha demostrado en los últimos partidos que confía en los justos. Además de su once de gala, en el que se puede dudar entre Mingueza y Araújo, Sergi Roberto, Ilaix y Dembélé sí han tenido sitio como recambios en el once. Y a cuentagotas. Poco más. Hay un grupo de jugadores, sin embargo, que han desaparecido de las rotaciones del Barça. Es el naufragio de la unidad B del Barça, que podría dividirse en varios subgrupos.
El primero estaría formado por Miralem Pjanic y Francisco Trincao. El centrocampista bosnio llegó como uno de los fichajes estrella del año. Barça y Juve intercambiaron a Pjanic y Arthur para cuadrar cuentas y del bosnio, futbolista con una altísima reputación en Italia, se pensó que podría tener menos futuro, pero ofrecería un rendimiento inmediato. La decepción ha sido enorme. Pjanic sólo ha jugado 600 minutos en LaLiga y lleva doce partidos sin participar ni un minuto. Ha tirado la toalla y se ha borrado. Por algún motivo, no le entró por el ojo a Koeman desde el inicio. En el dibujo previo a la temporada, aparecía como titular en todas las quinielas en el 4-2-3-1, al lado de Frenkie de Jong en el doble pivote. Pero Busquets se ganó el sitio, lo pasó por la izquierda, y Pjanic demostró poco espíritu de superación, hasta que, después de jugar prácticamente trotando, ha decidido 'tirarse al callejón'. No será fácil encontrarle un sitio debido a su altísima ficha.
Trincao apenas ha jugado 98 minutos en los últimos doce partidos. Y eso que hizo un gol decisivo en el Benito Villamarín que dio esperanzas de Liga al Barça (2-3). El portugués, que apuntó maneras en pretemporada y los primeros partidos del curso, con un buen uno contra uno y un físico ya hecho, fue perdiendo confianza en las cosas que hacía e intentaba en el campo. El nuevo sistema de Koeman (3-4-2-1) terminó por penalizarle, debido a su condición de extremo, y, salvo sorpresa, saldrá el próximo verano cedido en busca de minutos.
El segundo subgrupo está formado por los jugadores que nunca contaron. Encabeza la lista Riqui Puig. Nunca ha tenido la confianza de Koeman y, cuando ha aparecido en el campo, y a excepción de ese momento de gloria en la tanda de penaltis de la semifinal de la Supercopa ante la Real, no ha dado lo que requería el equipo. Al holandés le convenció mucho más desde el principio la magia y la consistencia de Pedri y, en la segunda vuelta, el poderío físico y la buena toma de decisiones de Ilaix. Ha jugado poco más de 200 minutos en LaLiga. En los últimos 13 partidos sólo ha participado en media hora. Debe repensarse su futuro.
El caso de Júnior Firpo es extraño. El hispano.dominicano ha cumplido casi siempre que ha jugado, pero sólo ha tenido 240' en LaLiga. Lleva diez partidos sin jugar un minuto. La última vez que estuvo en el campo, el Barça ganó 0-2 en Pamplona. Su relajación a la hora de defender no gusta a los técnicos. Su futuro también parece lejos de Barcelona. Después de dos temporadas de azulgrana, no ha tenido la confianza de Valverde, Setién o Koeman. Lo mismo que Riqui. Un dato significativo, ya que no se trata de ojeriza de un sólo técnico con los dos jugadores. Entre los que nunca contaron, y que casi se olvidan, está Matheus Fernandes, un caso sonrojante. El Barça no tuvo la decencia ni de presentarlo, seguramente porque sabía que no tenía el nivel suficiente para jugar en un equipo como el azulgrana. Es difícil de entender cómo el Barça pagó siete millones de euros (más tres en variables) al Palmeiras, y le puso 300 millones de euros de cláusula, a un futbolista que se irá sin jugar un solo minuto en LaLiga y que, al menos, podrá decir que tuvo 17 minutos en la Champions League y que, un día, se puso la camiseta del Barça en un partido oficial. Fue en Kiev.
El tercer subgrupo está formado por dos casos especiales. Samuel Umtiti sí fue un jugador con nivel Barça. De hecho, sus dos primeras temporadas de azulgrana fueron notables. Sin embargo, regresó con la rodilla izquierda hecha papilla del Mundial de Rusia y ya no se recuperó. A Bartomeu eso le dio igual. Lo renovó pagando un dineral aunque los médicos le advirtieron de sus problemas. Después de borrarse en el final de la temporada pasada, Umtiti se pasó la primera parte de la temporada poniéndose a tono físicamente y ha ayudado en momentos muy puntuales. Su última aparición, además, coincidió con la derrota ante el Granada (1-2). Ha jugado apenas 594 minutos en LaLiga. Su futuro está lejos del club azulgrana.
Finalmente, Martin Braithwaite no había jugado en los cinco partidos anteriores al del Levante por una lesión de tobillo. Eso sí, el danés es de los que sí han tenido cierto protagonismo con Koeman, que ha valorado mucho su buena actitud en los entrenamientos. Braithwaite, además, tuvo su momento de gloria en la vuelta de la semifinal de Copa ante el Sevilla (marcó el 3-0); y casi lo tiene en el Clásico, donde forzó un empujón de Mendy que pudo significar el penalti del 2-2. Lleva jugado más de mil minutos y espera tener alguno más antes de, seguramente, salir del Barça para hacerle un hueco a Depay y, quién sabe, si al Kun Agüero.