"Hazard, un héroe de nuestro tiempo"
Jonathan Liew, en 'The Guardian' radiografía la personalidad del belga y rompe una lanza en su favor tras la polémica imagen contra el Chelsea.
Eden Hazard se vistió de héroe accidental en el último partido liguero cuando sobre la bocina desviaba le disparo de Kroos que significaba el empate contra el Sevilla (2-2). El tanto llegó un partido después de, quizá, la gran polémica desde que llegase en 2019 a la capital española con la etiqueta de estrella planetaria: su imagen riendo con sus excompañeros tras la derrota del Madrid a manos del Chelsea en semifinales de Champions. Un momento por el que el propio futbolista ha pedido perdón, que ha traspasado fronteras y a causa del cual en The Guardian dedican una columna que radiografía la personalidad del extremo belga.
Zidane y Ramos como contexto
Jonathan Liew es quien firma la pieza titulada: "Eden Hazard, fuera de lugar en el superserio superclub Real Madrid". El periodista analiza el paso del de La Louvière por el conjunto blanco, olvidando su estadística y centrándose en el otro Hazard, la persona. Comienza contextualizando con dos nombres que son historia madridista, Zinedine Zidane y Sergio Ramos. "Zidane entiende lo que significa el Madrid. Lo que consigue, por encima de todo, es que la institución no esté verdaderamente interesada en él como persona, incluso siendo una tan condecorada y venerada como él. La máquina (el equipo) es lo que importa y tu importancia solo se extiende a los límites a los que llega tu utilidad", manifiesta sobre el marsellés.
"Sergio Ramos entiende lo que significa el Madrid", continúa. "El domingo por la noche, cuando el Real buscaba la igualada ante el Sevilla, Ramos lideraba las tropas: gritaba, agitaba el puño, dirigía y acompañaba cada entrada. El hecho de que estuviera lesionado y viendo el partido desde la grada era algo menor: lo que Ramos entiende por encima de todo es que incluso si no luces el uniforme, cuando eres jugador del Real Madrid, no eres nada más", completa.
Interrogantes alrededor de Hazard
Y así llegamos a Eden. Liew analiza su partido y concluye con una evidencia: "Fue el quinto gol de Hazard en dos temporadas plagadas de lesiones". Justo antes de lanzar una serie de preguntas que rondan la mente de muchos madridistas: "¿Puede Hazard salvar su carrera en el Madrid?, ¿recuperará su mejor forma?, ¿está sufiriendo un declive físico?, ¿puede el Madrid permitirse reemplazarle en verano?, ¿puede no hacerlo?". Todas estas dudas son planteables, pero nadie tiene la respuesta en estos momentos, por lo que el columnista centra su análisis en explicar la razón detrás de la famosa instantánea, esa en la que se veía a Hazard sonreír cuando debería haber llorado. Esa que ha enfurecido a la afición por encima de los desafortunados percances que le han acompañado durantes estas dos temporadas.
"No soy un galáctico, solo un muy buen futbolista", dijo el ex del Chelsea a su llegada al Madrid. Una declaración que recoge Liew y que "resume la diferencia entre un jugador para el que el fútbol es simplemente un trabajo, un juego, y el tipo de futbolistas para los que es el alpha y el omega del universo". "Eso no significa que Hazard le de igual, no es así, pero no se me ocurre otro futbolista que tenga tan claro cómo definir sus niveles de felicidad: no tiene agente, no desea ser famoso, juega cómo lo siente, por instinto y por el deseo de agradar...", añade.
Más adelante recuerda algunas de sus frases más recordadas desde que cambió Londres por Madrid, "si estoy de vacaciones, estoy de vacaciones", o comentarios de excompañeros, como Filipe Luis que afirmana que "no entrenaba bien y que jugaba al Mario Kart cinco minutos antes de los partidos en el vestuario". En ese momento, el rendimiento de Hazard era excelso, pero cuando las dudas le han acompañado, su personalidad relajada sale a la palestra: "Esto por sí solo hace que Hazard sea un caso atípico en el fútbol de élite, ese que venera la búsqueda del éxito a toda costa. Quiero esto. Lucharé y moriré por ello".
Lanza rota en favor de Eden
Sin embargo, el artículo de The Guardian, como decíamos, no es un ataque al talento belga, sino todo lo contrario: "Siento que el fútbol es un lugar donde solo cabe el enfado en estos momentos (...). Quizá aquí veamos una resistencia contra la idea de que una persona debe definirse por su trabajo, que un ser humano debe ser reducido al rendimiento que genere, algo que va contra el propio deporte. Muchos ven un talento desperdiciado y un traspaso frustrado de 140 millones de euros. Yo veo un héroe de nuestro tiempo".