El gran desafío de Araújo
Después de superar a Maxi, el uruguayo espera licenciarse en el Barça ante su Luis Suárez, uno de sus primeros cicerones en el Barça cuya taquilla ocupó a su marcha.
Cuando Luis Suárez recogió las cosas de su taquilla a finales del mes de septiembre del año pasado, su sitio en el vestuario fue ocupado por Ronald Araújo. El central uruguayo, 22 años, se cambia desde entonces todos los días al lado de Messi. Se diría que es casi como un guardaespaldas del argentino. Después de no poder jugar el partido del Wanda en la primera vuelta, a Araújo le espera uno de los primeros grandes desafíos de su carrera: vigilar de cerca a Suárez en el partido de este sábado en el Camp Nou.
Araújo recuperó su puesto de titular contra el Valencia casi tres meses después. Amante de la meritocracia, Koeman había premiado a Mingueza con un sitio en el once desde que el uruguayo se había lesionado en el campo del Betis. Era el segundo contratiempo físico del internacional charrúa en la temporada. Primero, una lesión muscular el 28 de octubre en el Juventus Stadium. Y luego, una en su tobillo derecho el 7 de febrero contra el Betis. Esta le hizo más daño, porque llegó después de un mes de enero espectacular en el que Araújo había jugado a un nivel altísimo y había hecho olvidar, palabras mayores, a Gerard Piqué, lesionado precisamente ante el Atlético de Madrid en el Wanda en noviembre.
El pinchazo contra el Granada invitó a Koeman a hacer cambios; y ahí esperaba su oportunidad Araújo, que fue el mejor de la defensa azulgrana, se merendó a su compatriota Maxi Gómez y volvió a expresar las cualidades que le habían hecho uno de los favoritos de la afición. Agresividad, velocidad, potencia y buen juego aéreo. Araújo estuvo a punto de coronar su actuación con un gol a balón parado. Messi, con el que tiene complicidad fuera y dentro del campo, le puso un balón primoroso. Cillessen evitó el gol.
Profundamente religioso ("desde que conocí a Dios con seis años creo que en todo lo que pasa está él"), agradecido a Ramon Planes por traerlo de Boston River e introducirlo en el mundo Barça ("Ramon ha sido un pilar para mí"), Araújo tiene un nivel de autocrítica alto. Por eso se reprocha un error en la salida del balón que costó el 1-1 contra el Eibar. Y también el penalti que cometió contra el Getafe recientemente, aunque luego compensó con un golazo a la salida de un córner botado por su admirado Messi.
Con contrato hasta 2023, Araújo es, junto a Pedri, De Jong o Ansu, uno de los pilares del futuro del Barça. Pero le falta licenciarse. Como hizo uno de sus ídolos, Carles Puyol (el otro es Ronaldinho, Araújo era delantero en sus inicios), ante Figo en un Clásico, a Araújo le falta fajarse con uno de los grandes con pasado culé, Luis Suárez, extramotivado en su vuelta, e intentar ganarle el duelo para licenciarse en el Barça. No será fácil. Si alguien se sabe todos los trucos del fútbol, si alguien sabe cómo convertie en gol una jugada intranscendente, ese es el uruguayo cazador. A Araújo le espera un gran reto