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OSASUNA

Osasuna alcanza los 2,7 millones de euros de beneficio

Pese a la crisis el club rojillo cerró 2020 en positivo, en parte por el pago de 1,3 millones correspondientes al último abono del Torino por el traspaso de Berenguer

Pamplona
Vista del estadio rojillo tras la reforma
Diario AS

Osasuna cerró diciembre con un beneficio de 2,7 millones de euros antes de impuestos (2,1 después de impuestos) siguiendo así la senda prevista en el presupuesto presentado a la Asamblea General Ordinaria. Según las previsiones del club ese beneficio irá menguando durante el segundo semestre del año hasta cerrar la temporada cerca de la cifra estimada en el presupuesto, unos 300.000 euros de beneficio. Aun así, el club ha sido capaz de cumplir con sus principales previsiones de ingresos. La cifra de negocio hasta el 31 de diciembre de 2020 fue de 27,9 millones de euros, una cantidad muy similar a la del curso anterior, a pesar del impacto que sobre la entidad está teniendo la crisis sanitaria. El patrimonio neto del club se situó en diciembre en 23,7 millones de euros, incrementando así los 22,5 que había en diciembre de 2019.

A pesar de la severidad de la crisis, el club ha sido capaz de mantener e incluso incrementar sus ingresos por patrocinio Como dato reseñable no recogido en la auditoria por haberse producido con posterioridad al 31 de diciembre, el club ha ingresado 1,375 millones correspondientes al último pago del traspaso de Berenguer al Torino.  Asimismo, y al haberse producido con retraso sobre el calendario de pagos acordados con el club italiano, Osasuna reclamó ante la FIFA los intereses correspondientes. El organismo ha dado la razón a Osasuna, que deberá ingresar 38.000 euros por este concepto. Queda no obstante pendiente el cobro de 1,5 millones de euros adicionales por la cláusula antiAthletic.

En cuanto a la deuda neta, esta se sitúa en 43 millones de euros, un incremento significativo con respecto a los 31 millones de junio de 2020. Este incremento tiene su explicación en dos factores principalmente. Por un lado está la reforma del estadio de El Sadar, que como es sabido exigió la solicitud de un préstamo de 16 millones de euros que lógicamente incrementa la deuda del club. Por otro lado hay actuaciones sobre el estadio que el club ha ido realizando y que no estaban contempladas en el proyecto de reforma.

La crisis producida por el COVID-19 también impacta de forma considerable en las cuentas de la entidad, a pesar de ser Osasuna uno de los clubes que mejor está haciendo frente a la pandemia. Aun así, el club calcula que ha dejado de ingresar más de 10 millones de euros en las dos últimas temporadas por este motivo.

Además, Osasuna ha tenido esta temporada unos 3 millones de euros menos de ingresos en el capítulo de socios, una merma que se suma a la pérdida de 1 millón de euros en taquillas al no haber podido entrar público durante todo el campeonato. Asimismo, el club tiene que hacer frente al fondo COVID exigido por LaLiga para hacer frente de manera mancomunada con el resto de clubes a los gastos de test, protocolos y desplazamientos exigidos por la situación sanitaria. Osasuna deberá aportar casi 1,5 millones de euros a ese fondo a lo largo de cinco años, tal y como ha pactado LaLiga con los clubes, por lo que esa cantidad se arrastrará como deuda hasta que quede saldada.

En cualquier caso, los esfuerzos realizados por el club para ajustar ingresos y gastos han permitido cerrar diciembre con beneficio y previsiblemente servirán para sortear una de las campañas más difíciles de los últimos años evitando los números negativos.

Osasuna depositó el pasado viernes, otros 3 millones de euros en las cuentas escrow de los tres bancos que están financiando la reforma del estadio de El Sadar. De esta forma, el club reduce en otros 3 millones el préstamo de 16 millones que recibió para poder hacer frente a la reforma del campo.