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REAL MADRID

Militao, fichaje de invierno

El brasileño, que ha tardado más de año y medio en eclosionar en el Real Madrid, pasa de haber participado sólo en siete partidos a jugar los últimos nueve completos.

La última vez que el Santiago Bernabéu, vacío de aficionados desde hace 14 meses, se abrió para que el madridismo diera la bienvenida a un nuevo fichaje, el protagonista sobre el césped fue Éder Militao. Era el 10 de julio de 2019 y el brasileño, la primera incorporación cerrada para esa temporada, fue el último en presentarse. Antes habían desfilado Hazard, Rodrygo, Jovic y Mendy. El central venía recién llegado de ganar la Copa América con Brasil con tan solo 21 años. Aquel día nadie imaginaba que sería el último jugador en pasear por la pasarela del Bernabéu de toda la vida... y que casi dos años más tarde, sin apenas haber tenido protagonismo en el equipo, se convertiría en una pieza clave para las opciones blancas de conquistar un nuevo doblete Liga-Champions.

El salto de Militao al fútbol europeo fue tan fulgurante como tardía ha sido su eclosión en el Real Madrid. Llegó al Oporto en agosto de 2018 procedente del Sao Paulo por 7 millones de euros y en marzo del año siguiente los blancos llegaban a un acuerdo con el club portugués para ficharlo por 50 millones. Un traspaso que le convertía en el defensa más caro de la historia de la entidad (y el noveno considerando todas las demarcaciones). Su procedencia portista, un club puente para muchos sudamericanos que acaban triunfando en Europa y de donde también llegó Pepe, y los cinco goles que había marcado en su temporada con los dragones, respaldaban su fichaje.

En su primera temporada Militao no pudo despegarse de la sombra que proyectaban Ramos y Varane. Una pareja con casi una década de recorrido que ha marcado una época. Jugó 20 partidos y tuvo el mal fario de estar sobre el césped en cinco de las siete derrotas del equipo. Sus actuaciones, salvo alguna notable excepción como la de San Mamés, no pasaron de discretas, y el intento de Zidane (en el Villamarín, en el último partido antes del confinamiento) de colocarle de lateral derecho, posición en la que también se había desenvuelto, hizo aguas.

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El arranque de esta campaña transcurrió en tonos ocres. Su primer gran momento estaba programado de antemano. Ramos se perdía por sanción el primer de Champions de la temporada. Zidane le dio la segunda mitad del partido contra el Cádiz para poner a punto su complicidad con Varane de cara al partido del Shakhtar. Sendas derrotas. Las rotaciones le dieron una nueva oportunidad contra el Huesca (31 de octubre) y desde ahí desapareció. La COVID le tuvo 17 días de baja hasta que dio negativo mientras Nacho se hacía con el estatus de tercer central ante las primeras ausencias de Ramos.

16 partidos en blanco

Militao estuvo 16 partidos sin disputar un solo minutos hasta que llegó la aciaga noche copera ante el Alcoyano, donde marcó su primer gol con la camiseta del Madrid. Sin Ramos ni Nacho disponibles, repitió en el once contra el Alavés y se mantuvo frente al Levante. Ante los granotas duró nueve minutos sobre el césped, expulsado tras revisión del VAR por evitar mediante un agarrón una ocasión manifiesta de gol de Sergio León. La roja condicionó el partido (aquella, 1-2, es la última derrota del Madrid, que lleva 19 partidos invicto desde entonces) y pareció sentenciar al brasileño.

Comparativa de rendimiento de Militao, Varane y Ramos.
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Comparativa de rendimiento de Militao, Varane y Ramos.BeSoccer Pro

Dos años después de su fichaje, su futuro parecía lejos del Madrid, pensando en una operación en la que el Madrid pudiera recuperar parte de lo invertido en él. Hasta marzo sólo había jugado seis partidos. El séptimo no parecía que fuera a pasar de testimonial. Zidane le dio los últimos minutos de la vuelta de octavos de Champions contra el Atalanta para dosificar a Ramos, que se había recuperado en tiempo récord de su operación de rodilla para estar en el choque. Pero el destino le aguardaba su momento para reivindicar que su fecha de caducidad como jugador blanco está aún muy lejos.

De casi inédito a indiscutible

Tras el último parón de selecciones, los múltiples contratiempos en defensa (lesión de Ramos, convalecencia por COVID de Varane, un partido de sanción de Nacho...) le han convertido en indiscutible en los últimos nueve partidos (sólo Courtois y él los han jugado todos al completo). 810 minutos frente a los 444 que acumulaba hasta entonces. Lo ha hecho con actuaciones sobresalientes, como la vuelta ante el Liverpool, Getafe o la ida contra el Chelsea. Hasta que contra Osasuna destapó el tarro de sus esencias. El gol que casi se marca en propia puerta en una arriesgada pared con Courtois quedó en una anécdota. Resolutivo en defensa, desplegó su potencial ofensivo, al más puro estilo Sergio Ramos. Otro Sergio, Herrera, portero de Osasuna, le negó el gol en la primera parte en sendos centros de Asensio y Blanco. Pero acabó encontrándolo en un córner de Isco, con un cabezazo que provocó uno de los mayores derroches de efusividad que se le recuerdan a Zidane en una celebración.

Militao presenta mejores registros que Varane y Ramos en varios apartados estadísticos, según los datos de BeSoccer Pro: duelos defensivos disputados, duelos aéreos, recuperaciones... Con la inminente recuperación del capitán, el futuro del francés en entredicho y el deslumbrante presente del brasileño, Zidane tiene un nuevo bendito dilema por delante cuando restan seis finales para cerrar la temporada.