Pese al fracaso global de una temporada en la que muy pronto se frustró el objetivo del ascenso, la irrupción de media docena de canteranos alivia el dolor
La mayoría de los partidos en Segunda B son malos, para qué nos vamos a engañar. Y si además eres racinguista, casi siempre acabas cabreado. Aunque ganes. Los que llegan de fuera, como _________ (aquí se puede poner Chuti, Amorrortu o muchos otros) creen que vivimos de recuerdos y que nuestro disco duro se quedó trabado en el Parque de los Príncipes, sin asumir la dura realidad de la última década. Qué se le va a hacer. Es probable que tengan razón, pero nos gusta creer que el Racing es/debe ser mejor que la mayoría de los equipos de esta sórdida Segunda B que está a punto de morir. Menos mal que entre traca y traca aparecen chispazos que te iluminan la vista viendo jugar al Racing. Pablo Torre es de esos. Como lo fueron Sergio Canales, Jonatan Valle, Pedro Munitis o Álvaro Cervera. No sé hasta dónde llegará, pero que me vayan quitando lo bailao.
3-3-3-1
En esto del fútbol todos tenemos, antes o después, algo de razón. Y con los sistemas de juego pasa lo mismo. Todos son buenos. O malos. O todo lo contrario. Depende de tus jugadores, del rival y de cómo seas capaz de implementar el dibujo en los mecanismos que sabe manejar tu equipo. Y luego va por gustos. A mí, como concepto, lo confieso, me mola el 3-3-3-1 que planteó Solabarrieta frente al Ebro y creo, además, que Ceballos e Isma López están a gusto de carrileros, y que los cuatro del medio, Íñigo, Riki, Pablo Torre y Martín Solar hablan el mismo idioma. Me da pena que se quede fuera Soko (yo es que soy muy de Soko), que no cabe con ese dibujo, pero le veo potencial. Otra cosa es que faltaron horas de trabajo ensayándolo y me corroe la duda de que detrás de la decisión no estuviera aprovechar las dimensiones del Pedro Sancho para meter jugones por dentro y acaparar balón en campo contrario (que estaría muy bien), sino encontrar la manera de que, con tres centrales, Gerson no diera tanto el cante (que estaría muy mal).