Aprobados y suspensos del Pucela: Otro partido de dos caras
El Real Valladolid se dejó empatar ante un Cádiz timorato, sostenido por Ledesma y envalentonado por los miedos blanquivioletas.
La afición del Real Valladolid volvió a lamentar contra el Cádiz desde sus casas y redes sociales que su equipo volviera a mostrar dos caras, una quizás incluso estimulante en una primera mitad en la que debió conseguir una mayor renta que la obtenida con el gol de Óscar Plano y otra frustrante en la enésima segunda parte mala en lo que va de campaña, en la que se dejó empatar.
Roberto: Resolvió sin apuros el poco trabajo que tuvo, salvo el gol, en el que poco menos que fue ajusticiado, con tres rivales solos dispuestos para el remate. Participó con balón demasiado cuando al equipo se le apagó la luz.
Luis Pérez: Muy participativo e insistente en la primera mitad, en la que asomó a menudo en campo rival. No siempre acertó a la hora de poner los centros, pero se le vio entonado. Como el resto del equipo, fue a menos con el avance del choque.
Joaquín: Los arrestos le permitieron jugar pese a tener la nariz rota. Dispuso de una ocasión bastante clara frente a Ledesma a balón parado antes del descanso. Al contrario que en Elche, no le hizo mella la fatiga. Estuvo bien.
El Yamiq: Como Joaquín y Roberto, no se vio muy exigido. Impecable en los duelos aéreos, ganó todos en los que participó. Volvió a solidificar la zona con Joaquín, aunque no fue suficiente por la enésima acción a balón parado.
Olaza: Iván Alejo fue el jugador más activo del Cádiz, y atacó por su lado, pero solventó bastante bien las acometidas del vallisoletano, con inteligencia y experiencia. Sin embargo, en ataque no se le vio en demasía.
Óscar Plano: Tuvo la primera ocasión con un zurdazo lejano desde la frontal. Decidido y contundente en la acción del gol, que festejó con rabia. Cuajó un buen primer periodo, móvil y participativo, aunque fue a menos.
Alcaraz: Se le vio más cómodo que en anteriores partidos, solvente en defensa, a excepción de una de esas faltas marca de la casa cerca del área, pero bien con balón, incluso incidiendo cerca de las inmediaciones de Ledesma.
Míchel: Dominante y, sobre todo, dominador de los tempos con balón. Dio presencia al equipo en tres cuartos de campo, además, pisándolo, aunque se apagó tras el descanso después de ser de los mejores en la primera mitad.
Orellana: Tuvo un inicio prometedor, favoreciendo las pocas subidas de Olaza, y actuando por dentro o cambiándose de lado se le vio más. Fatigado y desdibujado, fue uno de los escogidos para buscar una vuelta de tuerca necesaria.
Weissman: Ledesma le arrebató un gol poniendo la cara a su remate, en el que quizás no pudo hacer otra cosa. Su asistencia a Óscar Plano fue deliciosa. Se asoció en ocasiones con peligro, aunque no encontró el camino hacia la red.
Marcos André: Se le notó en demasía la inactividad. Salió de su zona de influencia para tratar de combinar y lanzar el ataque, pero sin éxito. Demasiado gris, pese a la voluntad que le puso, terminó sustituido en el segundo periodo.
Sergi Guardiola: Akapo le rebañó el balón en su única intentona, un disparo en buena situación cuando el partido ya moría. Poca actividad.
Roque Mesa: Con él en el campo, el equipo no recobró el pulso.
Waldo Rubio: Acelerado y precipitado, no consiguió incidir como querría.
Kenan Kodro: Desaparecido en los minutos de que dispuso.