Un punto que no le vale al Real Valladolid y sí al Cádiz
Óscar Plano adelantó a los blanquivioletas, mientras que Cala empató en la segunda parte a la salida de un córner. Decepción local, conformismo visitante.
Empate en Zorrilla que deja más satisfechos a los gaditanos, que ya suman 37 puntos, mientras deja muy tocados a los blanquivioletas que con 29 empiezan a ver negra su permanencia. Y eso que empezaron ganando el partido en una primera parte que dominaron, en la que fueron mejores y debieron sentenciar, pero no lo hicieron. En la segunda parte el Cádiz, con lo justo, creando peligro sólo desde el córner, se llevó un punto que le acerca un poco más al objetivo de la permanencia.
Y eso que el Real Valladolid, esta vez sí, demostró que necesitaba más los tres puntos, al menos en la primera parte. Salió con rabia, buscando la portería de Ledesma desde los primeros minutos con una sociedad Plano-Weissman que le daría buenos dividendos. Primero el madrileño empalmó un balón suelto en el área que detuvo Ledesma, lo mismo le pasó al israelí que estrelló su disparo en la cara del portero argentino. Entrando bien por bandas, con más ritmo que un Cádiz relajado en el que sólo el vallisoletano Iván Alejo parecía crear peligro, los pucelanos se adelantaron después de una larga y bonita jugada. El balón le llegó a Alcaraz en la frontal, quien filtró un buen pase a Weissman, que hizo lo propio para dejar solo a Plano delante del meta rival y ante él lo superó marcando el 1-0. No bajó el ritmo el conjunto pucelano que tuvo varias ocasiones a balón parado para doblar su ventaja, pero los remates de Joaquín se fueron a las manos del cancerbero visitante o fuera. Quería más el Valladolid, no lograba desperazarse el Cádiz hasta que en el tramo final Lozano y Espino probaron fortuna desde lejos sin ver portería. Ya cuando los jugadores pensaban en el descanso, un córner botado por Orellana no fue agarrado por el portero gaditano y el balón le cayó a Marcos André, pero su chut volvió a estrellarse en el argentino.
Sorprendentemente, o quizás no, el Real Valladolid bajó las pulsaciones en la segunda parte y las igualó con las del Cádiz, que casi sin querer se encontró el empate. Lanzó cuatro corners casi consecutivos y en el último Cala se encontró el balón en el área pequeña y remachó el empate. Volvía a tener que remar el conjunto pucelano, pero sin juego, por lo que los blanquivioletas lo fiaban todo pelotazos en busca de los delanteros y a una jugada personal. Plano se coló por el carril central y su disparo se fue fuera por poco. Y eso, y una salida con fuerza de Waldo que no pudo aprovechar Guardiola, fue todo lo que ofreció el conjunto pucelano en la segunda parte que, irremediablemente, se acerca al abismo del descenso. Sin fútbol, sin ideas y, ni siquiera, suerte, es muy difícil lograr la permanencia. El Cádiz ya casi la disfruta.