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50 ANIVERSARIO DE LA LIGA DEL VALENCIA

Claramunt: "Los pueblos salían a la calle para recibir al autobús cuando volvíamos de Barcelona"

La estrella de aquel Valencia rememorá con AS como fue aquel año en el que quedaron campeones de Liga, en 1971, tras empatar Atlético y Barça en la última jornada.

Pepe Claramunt, con el AS de la Liga de 1971.
Alberto Iranzo

El 18 de marzo de 1971 el Valencia cantó el alirón en el estadio de Sarrià, a pesar de perder ese partido. El empate entre el Atlético y el Barcelona (1-1), los otros dos aspirantes al título, en el estadio del Manzanares le proclamaba campeón de Liga. Pepe Claramunt, la estrella de aquel equipo que entrenaba Alfredo di Stéfano, rememora con AS, 50 años después, la historia de aquella Liga.

-¿Cómo le va todo?

-Muy bien. Quedan las secuelas de los años de futbolista: las rodillas, las piernas… pero en general bien. De lo del Covid ya me han puesto la primera vacuna y bueno, tranquilo.

-50 años de la Liga del 71 ¿Por qué esa Liga es tan recordada?

-Fue una Liga que costó mucho de ganar, nosotros no contábamos para ganarla. Éramos una plantilla que se hizo con pocos fichajes, con gente de la cantera… Contábamos con Di Stéfano en el Valencia y la imagen que tenía… Yo creo que es por la emoción que hubo hasta el final y porque conseguimos ganarla cuando nadie confiaba en hacerlo contra equipos tan fuertes como el Atlético y el Barcelona.

-Y el alirón llegó a pesar de perder en Sarrià por el empate del Atlético y el Barcelona en el Manzanares…

-Como no había una diferencia grande entre los equipos podía pasar de todo. Esa emoción fue hasta el final. Más o menos como está LaLiga de este año. Aunque nosotros nunca nos destacamos mucho. Estuvimos todos en una piña hasta el final. Esto hizo que la gente del Valencia se volcase más en el equipo, empujase y participase tanto de ese título.

-¿Cómo fue esa vuelta en el autobús desde Barcelona tras ganar la Liga?

-Ya en la entrada de Benicarló, Castellón… estaba toda la gente en la calle, vitoreando al equipo… se les veía con una alegría y una satisfacción inmensa… Y luego empezamos en Nules, que de allí era Nebot; Almenara, el pueblo de Forment; Puzol, que era el nuestro… Estaban todos los pueblos en la calle, esperándonos a la orilla de la carretera de Barcelona desde Nules a Barcelona. Fue muy emotivo y algo que no se olvidará.

-Usted jugó una gran parte de la temporada lesionado…

-A mí me rompen el dedo del pie en el partido contra el Elche. A partir de ahí jugué todos los partidos con el dedo roto hasta el final. Di Stéfano me quería en el campo de la forma que fuese. Yo no podía negar a estar en el campo. Él me decía que si yo no estaba en el campo no veía posibilidades de ganar. Un poco me obligó a estar. Y no me podía negar. Con la lesión no podía entrenar en toda la semana, me quedaba descansando o haciendo abdominales. Y luego el domingo jugaba con una bota que me habían roto para que no presionara el pie. Al terminar el partido se me hinchaba el pie… Claro, perdí la forma física porque no entrenaba ni podía correr. Fue un gran esfuerzo pero participé intentando hacer lo que pudiese.

-¿Qué jugador actual es más parecido a Claramunt?

-Las comparaciones son odiosas. Yo jugaba en el centro del campo pero recorría todo el campo. Estaba en la defensa, en la media, en la delantera... Igual defendía que atacaba u organizaba… Marcaba goles. En mi carrera marqué 79 goles. Puede ser que tuviera algo de Baraja aunque comparar jugadores de una época y otra… Las velocidades eran distintas. Aquí nadie inventa nada. Todos tenemos algo de todos.

-Usted fue capitán de la Selección y jugó solo 23 partidos. ¿Antes era imposible alcanzar las 100 internacionalidades como pasa ahora?

-Sí. Yo, con los años que estuve en la Selección, podría tener ahora 80 ó 90 internacionalidades. Había años que jugábamos uno o dos partidos amistosos. Yo debuté a los 22 años y dejé la Selección a los 30. Todos los seleccionadores me llamaban. Empecé con Balmanya y terminé con Kubala. Ahora se juegan más partidos que entonces.

-¿Qué opinión le merece que Sergio Ramos salga 5 minutos, lesionado, para sumar una internacionalidad más?

-Sergio Ramos se lo ha ganado. Nadie le regala nada. Su trayectoria le ha hecho acreedor de que el seleccionador le pueda dar ese premio. Creo que se lo merece. Me parece correcto.

-Volvamos a 1971, ¿cómo era Di Stéfano?

-Era un hombre ambicioso, ganador y que transmitía esas ganas de ganar. Fue un revulsivo. Era un hombre muy comprensivo con la gente joven y quería ayudarles. Era una persona que lo veías entrenar y te daban ganas de entrenar. Él siempre quería ganar hasta en los entrenamientos. Ese espíritu lo transmitió a la plantilla. Construyó una piña que hizo que todos hiciésemos más de la capacidad que teníamos.

-Dicen que aquella Liga se pareció a la primera de Benítez…

-Sí, teníamos un sistema y una de forma de jugar parecida. Teníamos un sistema defensivo muy fuerte. Equilibrados en defensa y en ataque… También éramos muy humildes. Al principio no pensábamos en ganar la Liga. Hasta el último partido no lo creímos. Sabíamos que habían equipos mucho mejores que nosotros. Pero las cosas nos fueron saliendo y al final conseguimos la victoria con un esfuerzo enorme. No teníamos una plantilla para ser campeones pero gracias a la humildad y el esfuerzo lo conseguimos.

-Todos los años se celebra el gol de Forment al Celta. ¿Fue ese el gol de la Liga?

-Ese gol y el de Antón al Sabadell fueron trascendentales. Ahí empezábamos a creérnoslo. Si ganábamos esos partidos optábamos hasta el final por ganar. El de Forment, al Celta, fue clave porque en ese partido nos habían anulado dos goles y parecía que no lográbamos la victoria. Y en el último momento, en la última jugada, se consigue el gol. La gente estalló de entusiasmo y empezó a creer que podíamos conseguir un título.

-Abelardo también fue clave. Paró dos penaltis que valieron la Liga…

-Para mí fue el mejor portero de la Liga ese año. De hecho ganó el trofeo de menos goleado. Estuvo sensacional. Y también toda la defensa… Toda la plantilla estuvo a un nivel extraordinario.

-Y en esa plantilla también estaba su hermano: Enrique Claramunt…

-También fue importante. Subió del Mestalla y marcó cinco goles en esa Liga. La gente joven tenía acceso fácil para jugar. Di Stéfano no se casaba con nadie. Él quería lo mejor para el equipo. No tenía problema en poner a un chaval que venía de Tercera División.

-¿Le gusta el fútbol moderno?

-Antes el fútbol tenía momentos que te entusiasmaba. Hoy en día, el fútbol se juega a más velocidad, la gente está mejor preparada… hay cosas que me encantan de fútbol actual. Al campo no voy pero los sábados y domingos disfruto con todos los partidos.

-¿Sufre mucho con el Valencia actual?

-Por desgracia este año estamos sufriendo. Empezamos con muchas dudas. Yo temía mucho que este año que estuviésemos en la zona baja y con la duda de que podía incluso bajar. Parece que se ha arreglado un poco la cosa. El juego no es muy brillante y la irregularidad ha hecho que nunca tuviera un nivel para aspirar a más. Creo que les falta convicción en sí mismos. Tienen calidad para conseguir cosas más importantes. A ver si salvamos la temporada y la siguiente temporada estamos donde tiene que estar en el Valencia, en Europa.