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LAS PALMAS

Raúl Fernández: dos años de una pesadilla

Un día como hoy, en 2019, el guardameta caía lesionado de gravedad ante el Cádiz y no ha vuelto a jugar.

Raúl Fernández: dos años de una pesadilla
CARLOS DIAZ-RECIODIARIO AS

Una fecha para olvidar y una vuelta a los terrenos de juego que no llega. Así es la vida del portero vasco Raúl Fernández desde que el delantero del Cádiz Jovanovic chocara con él allá por el 14 de abril de 2019 produciéndole una fractura en la rótula de su rodilla izquierda y otra en el quinto metacarpiano de la mano derecha. Lo que iban a ser cuatro meses de baja suman ya dos años interminables.

Veinticuatro meses sin competir acumula Raúl Fernández en su trayectoria en la UD Las Palmas que ha sido un auténtico calvario desde aquel día. Esos tres-cuatro meses iniciales se dilataron eternamente, en principio, hasta el 17 de febrero de 2010, cuando se esperaba de nuevo al guardameta tras el conocido confinamiento por la COVID-19 la pasada temporada. "Sé que voy a poder competir de tú a tú, cosa que antes no podía haber hecho. Me veía muy limitado para llegar a balones a los que antes llegaba. Ha costado coger la forma al ser una lesión de larga duración y más en la posición de portero, que es muy específica, más agresiva al cuerpo y hay que estar al 100%. Ahora que lo he conseguido, pero se echa en falta estar en el campo", nos decía al Diario As hace justo un año convencido de su vuelta en plena forma una vez volviera la competición.

Sin embargo, su futuro volvió a torcerse con una fractura del quinto dedo de su mano derecha cuando regresó a los entrenamientos, lo que trajo consigo una nueva visita a la sala de operaciones y otros 2-3 meses de ausencia. Se acababa la temporada y vuelta a empezar. Y llegamos al pasado mes de agosto, cuando el día 15 Las Palmas anuncia que debía de pasar de nuevo por el quirófano para curar su maltrecha rodilla izquierda y el club le deja sin ficha, al menos, hasta el mercado invernal.

Nueva operación, freno en seco a su vuelta y problemas laborales: la UD decide aplicarle un ERTE, que tuvo que rectificar al día siguiente, y bajarle el sueldo un 50% sin llegar a un acuerdo con el futbolista, lo que provoca que éste denunciara a la entidad, aunque también retiró posteriormente.

Ahora, sin que ni la entidad ni el guardameta ni llegaran a un acuerdo para rescindir el contrato, el futbolista se entrena a las órdenes de Pepe Mel sin ficha hasta final de temporada y, con 33 años y dos años sin jugar, seguramente no volverá a vestir la camiseta amarilla en esta pesadilla que no termina.