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BARCELONA

Messi tiene otro match-ball

El argentino perdió 20 balones en el Clásico y se estrelló cinco veces en piernas rivales y otras dos en Courtois. En La Cartuja tiene la revancha; se juega su séptima Copa.

Messi, en Valdebebas este sábado.
AFP7 vía Europa Press

Aún sin anunciar cuál será futuro, decisión que será clave en la próxima organización del Barça porque termina contrato el próximo 30 de junio, Messi tendrá muy pronto la revancha del Clásico de este sábado. Será dentro de seis días en La Cartuja, donde el argentino, que bate el récord de presencia en finales en Copa del Rey (diez), otro más, tendrá la oportunidad de levantar su título número 35 con el Barça y el séptimo de Copa, lo que le igualaría a Gainza.

Messi no fue determinante en Valdebebas. Puede decirse que tuvo una mala noche. Más allá de esos síntomas de enfriamiento que provocaron su cambio de indumentaria en el transcurso de la segunda parte (tuvo que ponerse una nueva camiseta térmica además de la camiseta del equipo víctima de las duras condiciones en Valdebebas), no logró ser determinante en un partido en el que el Barça le necesitaba para dar un salto en sus opciones de ganar esta Liga. Más adelantado en la primera parte, más retrasado en la segunda, Messi perdió hasta 20 balones (quien más del Barça). Pero a esa cifra, hasta lógica porque es el jugador por el que pasa todo el fútbol del equipo de Koeman; y el que tiene que intentar dar el pase determinante, se añadió una falta de finura extraña de él en el toque. Messi tuvo entre tres y cuatro faltas directas en zonas en las que, por estadísica, debería haber dañado al Madrid. Pero no lo hizo. De sus siete intentos de remate, sólo dos fueron disparos a puerta. El resto acabaron en piernas rivales.

Fue el séptimo Clásico sin goles de Messi, una rareza, o tal vez una señal, de que el tiempo pasa. Messi salió concentrado y estuvo en el partido, pero no pudo ser decisivo como tantas y tantas otras veces. La falta de costumbre hace más difícil ver al seis veces Balón de Oro pasar desapercibido por citas de tanto nivel. El sábado llevará el brazalete en una cita fundamental para el club, que se enfrenta a la posibilidad de quedar por segundo año consecutivo en blanco. También es una fecha clave a nivel personal. El barcelonismo siente la necesidad de volver a ver la imagen triunfadora del mayor icono de todos los tiempos del club levantando un título para entidad. Es una foto tan necesaria en estos tiempos de vacas flacas del Barça que aterroriza la posibilidad del fracaso. Llega una larga semana de reflexión para el vestuario y para el mismo Messi.