Dembélé lleva el desconcierto a los despachos
El francés sigue sin renovar, completa su mejor temporada pero se adivina como el mejor activo del club para hacer caja.
Dembélé es imprevisible en el campo y ahora también en la gestión del club. Después de cuatro temporadas frustrantes de blaugrana, el extremo francés está completando su mejor curso en el Camp Nou. Liberado de las lesiones y los despistes que desesperaron a entrenadores y compañeros ahora tiene continuidad, ha asentado su juego y se siente decisivo tal y como pasó el lunes con su providencial gol en el minuto 90.
Pero el caos que genera el extremo en sus compañeros y especialmente en sus marcadores que no saben aún si es diestro o zurdo (ha marcado 29 tantos de blaugrana: 14 con la derecha y 15 con la izquierda) ha llegado a la gestión de la entidad.
A Dembélé le queda un año de contrato y su idea hace meses era la de no renovar e irse con la carta de libertad. Eran tiempos de llegar tarde a los entrenos, de lesiones y de críticas. El club tampoco señalaba su continuidad como prioritaria más allá de evitar que se fuera gratis. La cosa ha cambiado.
Hay un interés real por renovarle para que se quede y el jugador ya no es tan escéptico ante un futuro de blaugrana, pero al mismo tiempo el francés es una de las pocas piezas que tiene mercado y por la que el Barça podría hacer caja mediante un buen traspaso. Las finanzas en Can Barça están tiritando y el dilema este verano estará en apostar por el campo o el banco. Como siempre con Ousmane, el desconcierto de alguien que no se sabe si desborda por la derecha o por la izquierda.