El día que Dani Olmo no quiso hacerse una foto con Messi
El internacional español lo recuerda en una entrevista "¿Qué niño no querría una foto con él? ¡Yo! Dije: 'No'. ¡Quiero seguir jugando! Contra mi voluntad, me pusieron junto a él e hicieron la foto".
Dani Olmo ha repasado su trayectoria en "The Players Tribune". El internacional español ha contado desde sus inicios en La Masía, su salida, la marcha a Croacia, el fichaje por el RB Leipzig y la convocatoria con la Selección.
Foto con Messi: "Una vez, antes incluso de formar parte de La Masia, acompañé a mi padre mientras dirigía un partido en Castelldefels. Tenía 8 años. Estaba jugando solo y contento, cuando alguien —creo que era un amigo de papá— se acercó y me dijo: '¡Oye, Dani, ven aquí! No lo vas a creer. ¡Podrás tomarte una foto con Lionel Messi!'. Guau, Messi, ¿no? ¿En Castelldefels? ¿Qué niño no querría una foto con él? Bueno, ¡yo! Dije algo como: 'No, gracias. Estoy bien. ¡Quiero seguir jugando! Es solo una foto, ¿no?' Pero, contra mi voluntad, me pusieron junto a Messi y tomaron la foto".
Lloro al llegar a La Masía: "Tenía nueve años y quería quedarme con mis amigos en el Espanyol. Pero mi padre tomó la decisión y tengo que decir que finalmente supo lo que era mejor para mí. Tengo muchos recuerdos increíbles de La Masia y el club siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Fue un privilegio el haber jugado allí. Es un punto de referencia para el resto del mundo del fútbol y cualquier niño daría lo que fuera por jugar allí, donde tantos grandes han llegado y aprendido el oficio".
Camp Nou: "En el Barcelona jugué en torneos fantásticos, conocí a personas increíbles y aprendí muchísimo. Incluso una vez me tocó jugar en el Camp Nou. En ese campo. Tierra santa. El sueño".
Salida del Barça: "Nadie deja el Barcelona por Croacia. Nadie. Simplemente no se hace. Pero yo lo hice. En cuanto mi padre me contó sobre la oferta, le dije: 'Me marcho'. Tan sencillo como eso. No estaba asustado como cuando dejé el Espanyol por el Barça. No lloré. Ya había estado viviendo lejos de casa en La Masia. Necesitaba salir de mi zona de confort, y esto se sentía como el paso natural, incluso si solo tenía 16 años".
Dinamo de Zagreb: "Mi padre me dijo: 'Este equipo, el Dínamo de Zagreb, quiere hacerte su proyecto. Quieren apostar todo a ti'. Eso era todo lo que necesitaba oír. No me importaba dónde estaba, ni que estuviera fuera de las cinco grandes ligas. No sabía nada sobre Croacia, pero sí sabía que en el Barça corría riesgos de perderme en el sistema, de transformarme en un jugador más, sin un camino claro hacia el primer equipo. En el Barça formaba parte del mismo grupo de edad de Carles Aleñá, Marc Cucurella, Carles Pérez. De ellos, ahora tan solo Aleñá sigue en Barça, aunque ha sido cedido a préstamo. El resto de los de mi grupo está en otros clubes, o en el Barça B".
Traspaso más caro: "El Dínamo es famoso por traer jugadores jóvenes y venderlos con una ganancia a los grandes clubes de Europa. Hasta aquel entonces, la venta más grande había sido la de Luka Modric al Tottenham por 16 millones de libras en 2008. Siendo un adolescente, escuchar que alguien pone tanta confianza en ti, como para decirte que eventualmente podrías ser más valioso que Modric…".
Selección: "Aún recuerdo a mi entrenador dándome la notica al finalizar un entrenamiento. No podía creerlo. Lo único que repetía era: 'No puede ser… ¡No puede ser!'. El resto de los compañeros me hacían un pasillo, con la diferencia que, ya sabes, en lugar de hacerme una guardia de honor, aplaudiéndome… ¡Me pegaban!".
RB Leipzig: "El Dínamo también cumplió aquella promesa de hacerme el traspaso más caro de la historia, cuando me fui al RB Leipzig. Allí comenzó el siguiente capítulo de mi proyecto en el RB Leipzig, donde ya he logrado experimentar cosas fantásticas, y he tenido la suerte de trabajar con algunos de los mejores del mundo, como Julian Nagelsmann".
Nagelsmann: "El míster me contactó personalmente, poco antes del traspaso de enero de 2020. Y debo decir que es uno de los que me convenció de venir a Alemania. Es un tío intenso, a veces también peculiar. Pero también una persona muy inteligente y apasionada, y un gran comunicador. Para ser honesto, no estoy tan seguro de qué adjetivo sería el mejor para describirlo… Él es Nagelsmann. Intensidad pura, emoción pura. Es como… lo que sea que le surja, lo deja salir. Y lo más importante de todo es que tú sabes lo que quiere".
Contacto: "Cuando me telefoneó, me dijo cuánto contaba conmigo y cómo podía ayudarme a que creciera y pasara de nivel en mi carrera. Ningún otro club hizo algo así. Me recordó a los cinco años anteriores en el Dínamo, así que supe que era el proyecto correcto".
Croacia: "Es un lugar hermoso y aún lo considero mi segunda casa. En las vacaciones, cuando tengo un tiempo libre, tengo una opción: ir a España, donde está mi familia, o ir a Zagreb… ¡con mi otra familia! Aún quedan rastros del conflicto que sucedió no tan atrás en el tiempo, y mucha gente aún se sigue recuperando de la guerra. Esto es mucho menos visible en las ciudades más grandes, como Zagreb, pero cuando el Dínamo debía jugar en los pueblos más pequeños, cercanos a la frontera, las secuelas de la guerra todavía estaban presentes. Es como si en aquellos lugares… respiraras un aire distinto. En algunos pueblos, aún puedes ver los agujeros de las balas en las paredes y a los chavales jugando al fútbol en campos frente a edificios dañados por los bombardeos. Esas imágenes quedaron grabadas en mi mente. Me han impactado".
Derbi de Zagreb: "El derbi eterno. ¡Es como el Clásico pero más intenso! ¿Cómo explicártelo? En Croacia, el Dínamo y el Hajduk son como el padre y la madre. Es algo enorme. Todos eligen un bando. Nadie es neutral. Cuando iba hacia el sur en Split, incluso fuera de la cancha, sentía cómo me observaban. Como si ni siquiera debiera estar allí. Como si estuviera detrás de las líneas enemigas o algo así. A veces me decían cosas por la calle… ¡Y nada agradables! Digamos que no querían sacarse una foto conmigo".
Única expulsión: "El derbi que más recuerdo fue un partido de liga, en casa, en el Maksimir Stadium en agosto de 2017, cuando apenas tenía 19 años. Regresaba de una lesión y entraba y salía del equipo. Habíamos jugado un partido en Europa a mitad de semana y el entrenador me había dado la posibilidad de jugar para volver a estar en forma… pero me terminaron expulsando. Es la única tarjeta roja que he recibido hasta ahora. No podía creerlo. ¡Si casi nunca siquiera me amonestaban!".
Solidario: "Quería involucrarme con el movimiento Common Goal. Soy uno de los 160 futbolistas (también hay técnicos, como Nagelsmann) que nos sumamos al proyecto y nos comprometimos a entregar el 1% de nuestros salarios para ayudar a diversas ONG de fútbol alrededor del mundo. Su trabajo apoya a programas de fútbol juvenil en los cinco continentes. Mi donación apoya específicamente a un proyecto en los Balcanes llamado Cross Cultures Projects Association, que ayuda a las comunidades que aún están lidiando con los efectos posteriores de la guerra. Más importante, la CCPA ayuda a que niños de la región tengan el derecho a una mejor infancia y a educación, sin importar la etnia o el género".