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VALENCIA | MOUCTAR DIAKHABY

"Las críticas ya no me hacen daño, pero mi familia sufre"

El central del Valencia Mouctar Diakhaby confiesa cómo se siente al estar en el ojo del huracán por sus fallos desde que llegó a Mestalla.

Diakhaby posa para AS en el acceso a la Ciudad deportiva de Paterna.
Alberto Iranzo

Mouctar Diakhaby (Vendome, 1996) atiende la videollamada con su hijo queriendo saludar a la cámara. Responde pausado y en un digno castellano: "Aprenderlo era una obligación por respeto y para integrarme". Se considera "mejor profesional que cuando llegué hace tres años" y "sé que he cometido errores". Reconoce que hay partidos "en los que me falta tener más concentración" y tiene claro "qué necesito mejorar para dar el salto que me falta en mi carrera profesional". 

Diakhaby encuentra con Javi Gracia la confianza que no sentía en los últimos meses de Albert Celades. Con el navarro ha jugado 18 partidos de Liga y los que se ha perdido han sido todos por causa médica. A sus 24 años, la planificación de Peter Lim le hace ser uno de los 'veteranos' del Valencia, un club en el que "espero continuar". 

¿Entiende las críticas?
Sí y no. Lo más importante no son las críticas sino lo que piensa mi entrenador y mis compañeros. Las críticas son parte del fútbol. Sin crítica no hay fútbol. Cuando las cosas van mal te critican y cuando van bien, pues a veces también te critican.

¿Y cuáles comparte? Me refiero, ¿qué autocrítica hace de sí mismo?
Claro que hago mi propia autocrítica. Para un profesional es importante hacer su autocrítica. Yo soy una persona muy exigente conmigo mismo.

¿Algún partido lo ha jugado con miedo al error?
Miedo es una gran palabra. Pero sí diría que juegas con menos confianza. Y la confianza en el fútbol es muy importante. Cuando tienes la confianza alta lo haces mejor. Pero cuando tienes poca, puedes cometer más errores.

¿Mentalmente pasas página rápido o le da muchas vueltas a la cabeza tras un mal partido?
Sí, soy fuerte. Ahora estoy acostumbrado a las críticas. Las críticas de la gente ya no hacen daño, pero a mi familia sí, mi familia sufre. Yo en el campo intento darlo todo para ayudar al equipo. El resto, no me importa.

Pero dice que su familia sí sufre.
Cuando tienes a la familia lejos de ti y escucha cosas que se dicen, cosas que yo no vi, pues a ellos les duele más, claro. Pero por suerte no tengo una familia que sea muy futbolera. Solo mi padre y mis amigos. Pero ellos saben también que cuando uno es futbolista está en el foco de la crítica.

¿Qué es lo que más le ha dolido de lo que se ha dicho sobre usted?
De verdad, no miro tanto la prensa española. No conozco muchas críticas de las que me hacen. Yo veo la televisión francesa y no sé lo que aquí se dice. Pero el año pasado sí me llegó que dijeron que hablé con el míster y que estaba llorando viendo vídeos de mis errores.

¿Y lloró?
Hay un hombre que habló, al cual no conozco (Pichi Alonso) que dijo eso. Eso me dolió, no por mí si no por mi familia, que ahí sí me llamó preocupada diciéndome: "¿Qué ha pasado? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien?" Y yo no sabía de qué me hablaban. Hay momentos que se pasan mal en el fútbol, pero yo estaba bien. El momento era difícil para mí, pero lo que se decía era falso. Solo querían hacerme daño.

Aquello sucedió tras partido contra el Levante, el primero después del confinamiento, en el que cometió un penalti que se sumó a los que cometió contra la Atalanta.
Sí. Ese es el peor momento de mi carrera, con diferencia. Sé que esos partidos me salieron mal. Cometí errores en varios partidos, con varios penaltis… tampoco sentí la confianza del míster (Celades), pero yo no soy de los que se hunden sino de los que se levantan para demostrar mi nivel. Sé que tengo potencial.

¿En quién se apoya?
Yo en Valencia estoy con mi mujer y mi hijo. En Valencia hablo con los franceses del equipo, mucho, que son la gente que más me ayuda. Ellos tienen experiencia y me dan consejos. Me ayudan mucho en la vida en general.

¿Y con Javi Gracia?
Este míster me ha dado mucha confianza y yo intento siempre darlo todo. Quiero demostrarle que puedo tener un rendimiento bueno y ayudar al equipo. Esta temporada es más positiva que el año pasado.

Vayamos a detalles, ¿Por qué alterna partidos en los que se le ve sólido, como por ejemplo contra el Atlético de Madrid, con otros en los que se muestra inseguro, como contra el Levante?
Me falta un poco más de concentración contra los equipos que son más parejos a nosotros. Cuando jugamos contra grandes equipos, casi siempre he hecho grandes partidos. Pero tengo que concentrarme más contra equipos que son más parejos o inferiores, quizás tengo tendencia a relajarme y eso es un error que debo solucionar. Tengo que estar más preparado para ese tipo de partidos. Eso intento arreglarlo, porque es lo que me falta para dar un salto en mi carrera.

¿Ha tenido que trabajar mucho la colocación de los brazos a la hora de defender en el área para evitar cometer penaltis por manos?
Sí, mucho. Yo dejaba mis brazos sueltos, no los controlaba tanto y como soy grande… pues ocupaba demasiado espacio. Ahora tengo que tener más cuidado con eso, porque se pita todo. Solo puedo asegurar que siempre que me han pitado manos fueron sin querer. Eso, poco a poco, lo he ido arreglando. Es un trabajo diario, en los entrenamientos, y miro los errores que cometo tras cada partido. A mí me mandan el vídeo y lo veo varias veces para ver en qué puedo mejorar.

¿Le condiciona a la hora de defender?
Sí, condiciona, porque muchas veces te tienes que mover de forma poco natural y cuando eres grande, cuesta más. Pero ahora estoy más acostumbrado. Es mi obligación, porque las normas son así. Si quieres defender un tiro, tienes que poner las manos detrás.

¿Tiene claro cuándo una mano es penalti y cuándo no?
A veces no, la verdad. Y hemos visto casos. El fin de semana de nuestro penalti de Gayà contra el Villarreal, una jugada parecida en el Atlético-Real Madrid no se pitó. Para mí si la de Gayà era penalti, la otra también. Eso hace que pensemos que las reglas no son en todos los partidos igual y no sabemos qué piensa el árbitro de lo que es manos o no.

¿Le gusta el VAR?
Yo tengo una idea buena del VAR. Pero el problema del VAR es que siempre hay criterios diferentes o esa sensación se da. Hay partidos en los que ves que pitan una falta y en otras no. Y no me gusta el tiempo que tardan en revisar las jugadas, pero eso se arreglará poco a poco.

¿Nota que los delanteros exageran y gritan más ahora que no hay público para ver si así engañan a los árbitros?
Un poco sí. Pero eso te diría que es cosa de la Liga española. Aquí se exagera más y los árbitros pitan más que en otros países. Pero yo llevo ya tres años aquí y ya me he acostumbrado. Es verdad que los delanteros abusan un poco… pero el fútbol es así, lo veo algo normal, parte del juego. A mí me enfada mucho que abusen de eso, sobre todo cuando sabes que a un jugador no le has tocado y se pone a gritar como si se fuera a morir.

Cumple su tercera temporada en el Valencia, ¿Qué balance hace en lo personal y en lo profesional?
Pasé un primer año bueno, el segundo fue más complicado, sobre todo en los últimos meses, y este año creo que estoy haciendo las cosas más bien que mal. Creo que he tenido más partidos buenos que malos. Por supuesto que tengo que mejorar, cometer menos errores, pero siento la confianza del entrenador y quiero hacer buenos partidos hasta mayo.

¿En qué ha cambiado en estos años?
En muchas cosas. Soy más profesional que antes. Mi mentalidad ha cambiado. Tres años en el fútbol son mucho tiempo. Ahora mismo me siento más profesional y tengo más ambición. Espero mucho más de mí y sé que tengo potencial. Hacer un buen partido no es nada, quiero estar todos los partidos bien. Me quiero probar a mí mismo que puedo hacer grandes cosas en el fútbol.

Ha pasado de ser el hermano pequeño de Kondogbia o Coquelin a ser por edad casi uno de los veteranos del vestuario con solo 24 años...
Pues es extraño, la verdad. Hay veces que en el campo soy el tercero más viejo y a eso no estoy tan acostumbrado, porque solo tengo 24 años. Pero tenemos una plantilla muy, muy joven, se vendieron muchos jugadores, cambiaron las cosas y tengo que ayudar lo más que pueda a los que tienen menos experiencia. Para mí la edad no es nada, puedes tener 18 años y ser un líder. Para ser un líder no hay edad, es más cuestión de mentalidad. En eso he mejorado, ahora hablo más en los partidos, fuera no hablo mucho, pero en el campo sí intento hablar más.

Por esa juventud que hay en el vestuario, ¿hay que tener paciencia para que este grupo devuelva al Valencia al lugar que usted conoció en su primer año?

Yo creo que sí. Entiendo que la afición esté enfadada, porque el Valencia no está donde tiene que estar. Pero hay que entender que se han vendido muchos jugadores y el club está intentando hacer cosas diferentes. Somos un grupo joven y lo único que pedimos es un poco de paciencia, porque nosotros en el campo lo intentamos dar todo y sabemos que en algunos partidos hemos hecho las cosas mal, pero el grupo lo quiero dar todo y tiene potencial para mejorar en próximos años. Nos falta un poco de experiencia, somos la plantilla más joven.

¿Les afecta lo que pasa alrededor del club?
No nos afecta. Nosotros tenemos que estar unidos con el míster y centrarnos en hacer nuestro trabajo lo mejor posible en el campo.

¿A qué aspiran en los diez partidos que restan de Liga?
Ahora mismo estamos en una fase en la que hacemos las cosas bien en casa, pero fuera de casa tenemos mucho que mejorar. Tenemos que ganar más partidos fuera de casa. Queremos acabar lo más arriba posible en la clasificación.

¿Se ve muchos años más en el Valencia?
Sí me veo. Cada año, hablamos con la gente alta del club para ver qué hacemos y depende de ellos. Pero yo sí me veo muchos años más. Estoy bien en el Valencia.

Su castellano lo ha mejorado mucho.

Es que es mi obligación. Llevo tres años aquí y tenía que hablar castellano, porque si no lo haces es una falta de respeto, porque es como no querer integrarte, y también es una falta de profesionalidad, porque tienes que hablar con los compañeros, con los árbitros…