El Espanyol celebra sus Bodas de Oro con invitados
50 años después de conquistar su primer trofeo, contra el Barcelona en el Camp Nou y ante 30.000 espectadores, las blanquiazules se la juegan en la elite.
Carmen; Montse, Gutiérrez, Nuria, Planas, Isabel, Elisabeth, Celsa, Paquita, Pedrosa, Encarnita. También jugaron: Dolores, Rosario, Busquets y Oliver. Ellas fueron las pioneras del Espanyol que el 28 de marzo de 1971, en el Camp Nou y ante 30.000 espectadores, derrotaron al Barcelona (2-1) para conquistar el primer trofeo en la trayectoria del Femenino perico: la Copa Pernod. Medio siglo más tarde, una sección absolutamente histórica celebrará las bodas de plata con el reencuentro ante su público y deberes por hacer para continuar en la elite.
Como ya sucediera el pasado 18 de octubre, en la victoria por 3-2 ante el Deportivo Abanca, el Procicat permite que los socios del Espanyol –seleccionados previamente y cumpliendo todos los protocolos sanitarios– puedan acceder este domingo al encuentro ante la Real Sociedad, en el campo 3 de la Ciudad Deportiva Dani Jarque, a las 16:00 horas. “Creo que es muy importante para el club y para la sección. Esta temporada está siendo una temporada histórica y estamos convencidos de que este fin de semana podemos darle una gran alegría a la afición”, manifiesta en los canales del club el técnico perico, Rubén Casado.
“Tenemos a nuestra gente que es muy importante. Vamos a estar celebrando los 50 años. Es un motivo de felicidad, de salir a darlo todo por este club, por esta institución que nos representa. Es un partido que vamos a salir a darlo absolutamente todo y, sin duda, a ganar”, tercia una de las jugadoras, Manuela Vanegas, quien recuerda que “hace algunos partidos que no ganamos en casa y la casa es sagrada, tiene que hacerse respetar”.
En efecto, el Espanyol solo ha ganado uno de sus cinco últimos compromisos ligueros en la Dani Jarque, aunque viene de derrotar a domicilio al Eibar y con ello de abandonar las plazas de descenso, de las que seguirá alejado si es capaz de imponerse a una Real Sociedad temible, que aspira a meterse en la Liga de Campeones de la mano de la exjugadora perica Natalia Arroyo, pero que no cuenta con el aliciente de esas bodas de oro que conmemoran los dos goles históricos de Encarnita en el Camp Nou.