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Tamudo: "Ahora entiendo qué es ser del Espanyol sin jugar"

“Seguro que alcanzamos el objetivo”, afirma el mito perico, que ha felicitado a socios que cumplen años esta semana, con quienes repasa su trayectoria.

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 RAUL TAMUDO
RODOLFO MOLINADIARIO AS

“Ahora soy uno más”, afirma Raúl Tamudo, leyenda del Espanyol y adjunto actualmente a la dirección deportiva del club, que este miércoles atendía a unos cuantos socios que cumplen años esta semana. Una charla telemática organizada por la entidad en la que mostró su empatía con la afición, por las reacciones que uno tiene cuando ve los partidos desde fuera, sin ser parte implicada sobre el césped: “Ahora entiendo perfectamente qué es ser del Espanyol sin jugar los partidos”.

“Supongo que a partir de la temporada que viene, espero que en Primera, podremos volver a ver los partidos. Se echa de menos que la afición vaya, que anime y esté con el equipo. Sin vosotros el fútbol es totalmente distinto. Con vosotros, los momentos malos son menos malos”, indica el mítico ‘23’, convencido del ascenso de un Espanyol cuyas evoluciones puede seguir desde el palco del RCDE Stadium. “Seguimos a tope hasta el final, seguro que cumplimos el objetivo”, sentencia. Una actitud que tiene que ver con su propia trayectoria como futbolista: “Mi mayor virtud ha sido no rendirme nunca”. Y con sus orígenes: "El Espanyol debe nutrirse de jugadores de la casa".

Porque, sobre todo, la conversación fluye alrededor de su carrera. “No me puedo quejar, he sido muy feliz”, asegura Tamudo, para admitir que le “hubiera gustado marcar” en los tres estadios –Sarrià, Montjuïc y Cornellà– con la camiseta del Espanyol, pero las circunstancias hicieron que fuera con la del Rayo”. También tiene la espinita clavada de su salida. “El peor momento de mi carrera fue cuando me tuve que ir. Uno nunca se quiere marchar de su casa, fue doloroso porque hubiera querido acabar mi carrera aquí”, admite.

Y, al revés, la Copa del Rey en el Bernabéu, el 12 de abril de 2006, fue “la noche perfecta”, como también placentero fue su debut, contra el Hércules, o los tres goles que conforman su particular podio: “La vaselina a Casillas, el gol al Celta desde el córner y uno parecido contra el Sevilla”. Del gol ‘murri’ en la final de Copa de Mestalla a Toni Jiménez, señala que “esas cosas no se piensan, se me ocurre en el momento en que lo hago. El desparpajo de un jugador en el campo es lo que muchas veces marca la diferencia”. Y se justifica así ante Toni: “Si él hubiera tenido que parar un penalti, lo hubiera hecho, pero yo era delantero”.

También hubo espacio para la broma, como cuando tras destacar que Carlos Kameni ha sido uno de los mejores porteros que ha visto nunca, indica que cuando se enfrentaron en la final de los Juegos Olímpicos de Sidney, en 2000, “él decía que teniía 16 años pero yo creo que a tenía 22… Yo creo que tiene mi edad”.