El Elche de Escribá llega al parón en su mejor momento
El equipo ilicitano amplía a dos puntos la distancia con el descenso y afronta las diez últimas jornadas con seis en casa y cuatro a domicilio.
El Elche llega a la última parada de la competición, previa a las diez jornadas finales, en una buena situación para tratar de lograr la permanencia. Sólo le separan dos puntos del descenso, un puesto por encima de la zona roja, pero con la flecha hacia arriba y con la sensación de que la salvación es posible. El equipo ha mejorado de la mano de Fran Escribá y ha recuperado la esencia competitiva con la que inició el campeonato, de manera sorprendente, de la mano de Jorge Almirón. Ahora toca confiar en que el objetivo es realizable. Estas son algunas de las claves de la mejoría experimentada.
Equipo más conjuntado
Con un once muy similar al que ha sido habitual a lo largo de la campaña, el Elche ha logrado ser más compacto, con las líneas más juntas, y mejor organizado desde el punto de vista táctico. Escribá se ha encomendado al 4-4-2, siempre con dos puntas en la delantera: Lucas Boyé y Guido Carrillo. Frente al Getafe, Pere Milla fue el acompañante de Boyé y volvió a ver portería.
Once definido
Aunque Escribá tampoco ha sido capaz de repetir alineación en los seis partidos que ha dirigido al Elche, su once tipo está muy definido con Edgar Badia; Palacios, Verdú, Calvo, Mojica; Tete Morente, Raúl Guti, Marcone, Fidel; Boyé y Carrillo. Los cambios están siendo mínimos, con las apariciones contadas de jugadores como Cifu, Josema, Josan o Milla. Barragán se cayó del once por lesión y tendrá difícil recuperar el puesto.
‘Fichajes’ de invierno
La recuperación de jugadores que estaban lesionados como Fidel o Carrillo han añadido más alternativas a los esquemas del cuerpo técnico. Ambos se han convertidos en titulares habituales y en ‘refuerzos’ de lujo para la recta final de la temporada. Además, los internacionales colombianos Johan Mojica y Helibelton Palacios también se han hecho como un sitio fijo en el once. Además, Pablo Piatti está entrando en las rotaciones de los cambios y es un añadido interesante más para la plantilla.
Brillante en la estrategia
El Elche ya ha marcado tres goles propiciados por la buena ejecución de las acciones a balón parado. Dani Calvo tiene mucha culpa de ello, con los dos tantos marcados ante Eibar y Real Madrid. Escribá le recuperó del olvido y ha cumplido con creces en fase defensiva y en las acciones ofensivas. Frente al Getafe también dio sus frutos, aunque en una segunda jugada derivada de un saque de esquina.
Edgar Badia, salvador
No es novedad, pero no por ello deja de ser importante y destacable. El portero del Elche es el que más para en Primera, con 91 intervenciones en 28 jornadas (3,25 por encuentro). Además, ha detenido tres lanzamientos desde los once metros: ante Fekir, frente al Real Betis (próximo rival); Carlos Soler, del Valencia (el primero que falló); y el domingo al exfranjiverde Ángel Rodríguez. La llegada de la competencia de Paulo Gazzaniga no ha alternado la buena dinámica que lleva desde que se estrenó en Primera.
Solventes en casa
El Elche ha ganado sus dos últimos partidos como local, los dos desde que se produjo el relevo en el banquillo; pero fuera suma más de cinco meses sin vencer. De los últimos diez partidos de Liga, seis serán en el estadio Martínez Valero (Real Betis, Real Valladolid, Levante, Atlético de Madrid, Alavés y Athletic Club) y cuatro fuera de casa (Huesca, Osasuna, Real Sociedad y Cádiz).
Confianza dentro y fuera del grupo
Los últimos meses con Almirón dejaron mala sensación dentro y fuera del vestuario. El equipo, que comenzó ilusionado con el argentino, terminó perdiéndole la confianza. Lo mismo sucedió con los aficionados. Ahora son todo elogios y la confianza ciega de la afición con Escribá, héroe en su anterior etapa, también ha ayudado al grupo, pese a que no hay público en las gradas. La relación entre el propietario Christian Bragarnik y el entrenador también es buena y eso hace pensar en un buen futuro.