Laporta: lo primero, el doblete

Laporta saboreó su regreso a la presidencia. Dos horas después de terminar su discurso, y aunque el día había sido uno de los más largos de su vida con el remate del aval en la notaría de la Diagonal, seguía haciéndose fotos con todo el que venía a abrazarle y a darle la enhorabuena por la entrada a su nuevo cargo. Laporta no tuvo tiempo para él mismo hasta el final, cuando le pidió a su vicepresidenta Elena Fort, una foto para inmortalizar el momento de la toma de posesión. Tal vez ahí tomase conciencia de que, ahora sí, ha llegado la hora de trabajar.

"En el Barça no hay cien días de margen", se autoexgió Laporta en un discurso de investidura en el que puso a los deportistas en el centro de la escena y dio mando en plaza a Koeman. "Confianza plena, Ronald". Pero en el que también pidió resultados: "Hay que ganar Liga y Copa". Como en su primer mandato, cuando consiguió cerrar el círculo virtuoso (los éxitos deportivos llevan a los económicos), sabe que el primer objetivo del Barça debe ser volver a ganar. El organigrama de fútbol sigue pendiente del nombramiento de Mateu Alemany como director general y de Jordi Cruyff como secretario técnico. Una vez oficializada la toma de posesión de Laporta, los anuncios deben producirse relativamente pronto. Carles Puyol o Víctor Valdés tienen opciones también de incorporarse al organigrama.

El asunto deportivo quedará pendiente, pues, de las renovaciones de Messi y de los jóvenes talentos (Ansu, Pedri, Ilaix...). Antes, Laporta analizará la situación económica del club para saber qué oferta puede hacerle a Messi dentro del plan de choque que tiene que activar. Laporta no era partidario de una nueva rebaja salarial, pero si el Barça quiere reforzarse bien con vistas a ser de nuevo competitivo en Europa, necesita más fichajes. Encima de la mesa están los nombres de Haaland, Agüero, Depay, Èric García, Alaba o Wijnaldum. Koeman avala a los holandeses. Alaba y Haaland serían los fichajes estratégicos. Esas incorporaciones podrían pasar por pedirle un nuevo esfuerzo a los veteranos.

Una vez roto el idilio con Jaume Giró, Laporta deberá darle una vuelta a la política económica y tendrá que contar en sus decisiones con Eduard Romeu, nuevo vicepresidente económico, que barajará la delicadísima situación del club. Lo primero que quiere el Barça es refinanciar la deuda y sentarse con los bancos para que los 730 millones de deuda a corto plazo se pasen al largo plazo. El Barça tiene que obtener dinero a corto plazo. En junio, hay un vencimiento del crédito puente con Goldman Sachs de 90 millones de euros. Hay unas amortizaciones de 186,6 millones que se deben pagar sí o sí, con la masa salarial disparada, que es casi un 75% del presupuesto del club, y pagar el crédito puente que se pidió para construir el Estadi Johan Cruyff. Como su plan pasa por tener liquidez, el Barça piensa en la emisión de los famososos bonos Laporta; y también ofrecerá a los socios la posibilidad de que colaboren económicamente con el club retornando el esfuerzo con experiencias relacionadas con el primer equipo que todavía no se han dado a conocer. Además de Eduard Romeu, habrá que ver qué peso cogen directivos como Ángel Riudalbas, Xavier Barbany o Xavi Puig.

Finalmente, queda pendiente tomar una decisión sobre el futuro del Espai Barça y la posibilidad de que el Barça juegue dos años en Montjüic. La vicepresidente del área social e institucional, Elena Fort, y Jordi Llauradó serán los hombres fuertes en esa parcela. Pero primero, el doblete.