Precupación en Vitoria con la marcha del equipo
Ayer lunes se puso con un 0-2 en el campo del Betis pero Borja Iglesias y Joaquín le dieron la vuelta al marcador.
Abelardo tiene crédito, por ahora, en el Alavés. La situación económica y deportiva no invita a hacer nuevos desembolsos pero también es cierto que la paciencia del propietario del club, Josean Querejeta, tiene un límite. Y no le suelen durar mucho los entrenadores que no le acaban de convencer. Una derrota contra el Cádiz, el sábado en Mendizorroza, podría colocarle en el disparadero. El año pasado, cuando fue cesado Asier Garitano, se especuló con que su segundo, Javi Cabello, cogiera las riendas pero el que se encargó de salvar el proyecto fue López Muñiz.
El sabor de boca que dejó el Pitu en su primera etapa como entrenador fue impresionante pero, después de ese paso por Mendizorroza, su bagaje entre el Espanyol y el Alavés es muy pobre. Bien es cierto que, en ambos casos, fue o está siendo con equipos limitados. En el conjunto periquito dirigió la nave en 13 partidos con un balance de 3 victorias, 5 empates y 5 derrotas. 14 de 39 puntos en juego. 14 goles a favor y 16 en contra. Con este Alavés lleva 8 partidos: 1 victoria, 1 empate y 6 derrotas. 4 puntos de 24 posibles. 6 goles a favor y 19 en contra. Además, cayó eliminado en Copa ante el Almería recibiendo 5 goles.
El asturiano tomó algunas decisiones que pudieron sorprender a propios y extraños en el campo del Betis. Colocó a Pellistri en el once inicial porque el joven uruguayo jugó buenos minutos ante Osasuna. Pina fue sacrificado entrando Manu García y Battaglia en el equipo de salida. Luis Rioja recuperó su sitio en el centro del campo en detrimento de Iñigo Córdoba y Edgar adelantó su posición para sacar a Lucas Pérez del once inicial. La portería, como siempre, con Pacheco y la defensa, la de gala tras el retorno de Rubén Duarte al equipo inicial. Duarte y Ximo Navarro cometieron algunas imprecisiones claves en los goles locales.
Las victorias del Valladolid, Elche y Cádiz durante el fin de semana metían presión al conjunto vitoriano como no podía ser de otra forma. Huesca y Eibar seguían en mala dinámica, al igual
que los babazorros, pero la visita al Benito Villamarín no parecía la más apropiada para levantar cabeza. 22 puntos ya en pleno mes de marzo son muy pocos. Antes del partido, los verdiblancos eran sextos en la tabla, con 39, y sólo Atlético de Madrid, Real Madrid, Barcelona, Sevilla y Real Sociedad estaban por delante de ellos en la clasificación antes de afrontar el duelo que cerraba la jornada 26.
Sensacional primera mitad la que firmaron los chicos de Abelardo. En el minuto 12 ganaban 0-1 con un gol de falta de Joselu y, en el 24, por 0-2 tras una buena jugada de Rioja y Duarte que remató de cabeza Edgar Méndez. Pacheco estaba muy inspirado, la defensa implacable y el centro del campo destruyendo el juego rival y creando peligro con su verticalidad. Es cierto que, en el Betis, pudieron marcar Miranda, Juanmi y Guido pero también pudo llegar el tercero albiazul tras una buena combinación entre Joselu y Edgar y en una incursión de Luis Rioja. Dos goles de diferencia, mucho tiempo por delante y todos para los vestuarios al descanso.
Pero en la segunda mitad, el equipo se echó muy atrás y el Betis fue capaz de remontar con dos goles de Borja Iglesias y otro de Joaquín. El equipo reculó mucho y los cambios (entradas de Pina, Pons y Martín) fueron bastante "amarrateguis". Abelardo trató de cerrar el partido pero algunas faltas de concentración echaron todo por la borda. Otra cosa cada vez más inexplicable es la ausencia de Lucas Pérez ya no sólo de los onces iniciales sino también de las sustituciones. Quizás Abelardo crea que tiene poca implicación defensiva o que no está metido en faena al cien por cien. El club también le ha mandado alguna indirecta al delantero gallego en los últimos meses. Pero es un factor diferencial que hay que utilizar. Se reconozca públicamente o no, hay "caso Lucas", aunque Edgar hizo un buen partido en Sevilla.