Nahuel enciende las alarmas de un Espanyol en inferioridad
Un golazo del extremo igualó el madrugador tanto de Melendo en un partido marcado por la expulsión de Dídac en el minuto 38. El ascenso directo, al rojo vivo.
Empezó con humo el encuentro en Cornellà, el que se colaba en el estadio por las bengalas de la Curva, y terminó con un incendio. El que se le sobreviene al Espanyol después de tener que jugar en inferioridad numérica casi una hora por la expulsión de Dídac, y de tropezar con un golazo de Nahuel que hace peligrar ahora la plaza de ascenso directo de los pericos, mientras que el Oviedo, al menos, sigue sumando.
El partido, realmente, comenzó antes de empezar. Por un lado, porque había jugado Vicente Moreno tanto al despiste que nadie adivinó la titularidad de Raúl de Tomás, renqueante por unas molestias en la rodilla. Por otro, porque unos 200 integrantes de la Curva recibieron al autocar perico, entre bengalas y cánticos, a su llegada al RCDE Stadium.
Se notaron los ánimos en una salida en tromba del Espanyol, que derivó muy temprano, a los nueve minutos, en el 1-0, Una incorporación de Lluís, lateral diestro de guardia por lesión de Óscar Gil, derivó en un chut seco de De Tomás, que repelió como pudo Femenías para que Melendo le batiera, reivindicándose, igual que ante el Sporting la jornada anterior, en su segunda titularidad consecutiva tras mucho barbecho.
Poco a poco fue recomponiéndose el Oviedo, que ya tuteaba a los pericos cuando Dídac era expulsado, en el minuto 38, por una entrada por detrás al tobillo de Juanjo Nieves que Trujillo Suárez inicialmente había considerado digna de amarilla, pero que Ais Reig le instó a revisar desde el VAR. Riguroso, cuando menos, para un Espanyol que supuestamente había empleado el lunes en quejarse ante la Federación y los árbitros de sus decisiones. Si realmente lo hizo, poco efecto surtió.
Manejó con cierta soltura y con un atrevido 4-3-2 la inferioridad el Espanyol, que situó a Cabrera en la banda, hasta que Ziganda dio entrada a Nahuel, quien culminó un vertiginoso contragolpe con un golazo por toda la escuadra.
Lejos de dar por bueno el 1-1, o de renunciar al ataque, apostó Vicente Moreno por la épica con la entrada de Dimata o la de Melamed por Lluís, aunque la heroica no llegó, para colmo se lesionó Pol Lozano segundos después de su ingreso en el césped, y ahora peligra la segunda plaza, que queda en manos del Almería.