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ESPANYOL

Un año de la última catarsis colectiva... y fue ante el Mallorca

La primera victoria local del Espanyol en LaLiga 2019-20 fue la última con afición: 32.084 y un enorme mosaico. Con gol de Raúl de Tomás. Y con el rival del próximo domingo.

09/02/20 PARTIDO PRIMERA DIVISION 
 ESPANYOL MALLORCA 
 
 
 
 GOL 1-0 RAUL DE TOMAS ALEGRIA
GORKA LEIZADIARIO AS

Visto con perspectiva, no serviría para nada. Ni siquiera para abandonar el farolillo rojo. Pero en aquel momento, aquel 9 de febrero de 2020, significó mucho: provisionalmente se igualaba con la zona de permanencia. Y levantó los ánimos de un Espanyol sumido en una depresión constante que finalmente desembocaría en el descenso. Se cumple un año de la última gran alegría que los aficionados pericos pudieron vivir ‘in situ’, en sus localidades del RCDE Stadium. Tan cerca, tan lejos.

Nada más y nada menos que 32.084 espectadores, lo que ahora parece una utopía, asistieron a la que sería la primera (y penúltima) victoria del Espanyol en casa en toda LaLiga, y eso que iba el campeonato ya camino de la jornada 24. Un triunfo de infarto que acercaba a los pericos aparentemente a la salvación. Y lo curioso, desde hoy, es que el damnificado era el Mallorca, entonces como ahora un rival directísimo, dirigido por el hoy blanquiazul Vicente Moreno. El domingo se volverá a producir ese mismo enfrentamiento, con idéntica trascendencia, pero con más cambios que el del entrenador: el ascenso como objetivo y esta vez en Son Moix.

32.084 pericos y pericas desplegaron un gigantesco mosaico en el RCDE Stadium.
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32.084 pericos y pericas desplegaron un gigantesco mosaico en el RCDE Stadium.GORKA LEIZADIARIO AS

Lo que sí puede repetirse, a tenor de sus estadísticas, es el goleador de aquel domingo en que todo parecía esperanzador, y que se inició con un enorme mosaico blanquiazul en la grada. Obviamente, Raúl de Tomás, que anotaba su quinto gol en los cinco partidos que llevaba con la camiseta del Espanyol, éste a pase de Sergi Darder, quien reaparecerá ahora ante el Mallorca. 32.084 corazones, y más, que ahora empujan desde casa (qué remedio) en una misión mucho menos heroica pero igual de crucial para el destino del equipo, del club.