El milagro granota: el Levante ficha bueno, bonito y barato
Con 3,8 millones de inversión en los últimos cuatro mercados y el tercer presupuesto más bajo, el papel del área deportiva está siendo clave en la histórica temporada del Levante
En los años 80 hubo una campaña publicitaria que impactó en toda España y aún se recuerda. "Busque, compare y, si encuentra algo mejor, cómprelo". El eslogan de aquel anuncio de un conocido detergente se podría aplicar a la gestión y planificación deportiva del Levante. Acertar a la hora de contratar jugadores es muy complicado. Y hacerlo con poco dinero, más. Pero el Levante lo está consiguiendo gracias a la perfecta sintonía entre el presidente, el entrenador y los miembros del área deportiva.
La dirección deportiva del Levante encadena cuatro mercados de fichajes consecutivos (dos de verano y dos de invierno) en los que solo ha podido invertir 3,8 millones de euros en fichajes. El primer verano llegaron Radoja y Óscar Duarte con la carta de libertad, lo mismo que en enero Bruno del Getafe para ocupar la ficha de Cabaco. El segundo verano la inversión se limitó al doble fichaje de De Frutos y Dani Gómez, canteranos del Real Madrid, y a dos futbolistas más de Segunda A que quedaban libres: Mickaël Malsa y Francisco Hidalgo ‘Son’. Todos son hoy jugadores con un valor muy superior de mercado. En el último plazo de enero, con todos los puestos compensados, solo un hubo un movimiento y fue la salida del tercer portero.
Para el Levante es vital el éxito de una política deportiva de bajo coste por la herencia de la anterior etapa, en la que el frenesí de gasto en jugadores que no dieron rendimiento motivó una inflación exagerada. Unido a los efectos de la pandemia y el cambio en la normativa de LaLiga para contener el gasto, el club de Orriols tiene el tercer fair-play más bajo de Primera, a lo que se añade la obligación de vender hasta el 30 de junio para compensar un desfase de 16,5 millones. No quedará otra que afrontar el traspaso de jugadores como Campaña, Bardhi o Aitor, entre otros.
La metodología de trabajo del área deportiva permitió hace un año adelantarse a otros clubes en el fichaje de los mejores jugadores de Segunda A. Cuando Malsa explotó en la Copa con el Mirandés, su fichaje ya estaba preparado, mientras que en la pugna por Son se impuso a otros equipos de Primera como Osasuna. El centrocampista parisino es una de las revelaciones de la categoría, mientras que el polivalente carrilero está ofreciendo un rendimiento óptimo por calidad/precio, ya que se trata de uno de los más baratos de la plantilla. Trascendió que en el caso de haber traspasado a Campaña, el objetivo número uno era Luis Milla, con el que hubo gestiones antes de su traspaso del Tenerife al Granada.
La apuesta deportiva es por firmar talento a bajo coste con la intención de generar una plusvalía futura que permita al club maximizar el rendimiento del equipo y potenciar la parte económica. Los técnicos apostaron claramente por el mercado de Segunda A antes que por el extranjero en función de un detallado estudio comparativo respecto al precio y proyección de jugadores de ese corte en otras ligas. Futbolistas del perfil de Mickaël Malsa rondaban los 10 millones de euros.
La comunión con el cuerpo técnico ha sido clave para que todos los fichajes estén dando rendimiento hasta el punto de coincidir la gran mayoría en el once titular más empleado por Paco López, algo que hasta ahora no había ocurrido. Malsa sorprendió por su rápida aclimatación, mientras que los planes se cumplieron en fecha y hora con De Frutos y Dani Gómez, para los que se había programado su explosión a partir de noviembre. Todos debutaban en Primera. Se trata de futbolistas, además, que encajan con una identidad de juego muy definida en la que no se renuncia al equilibrio entre la velocidad y el juego asociativo
Con la permanencia en el bolsillo, las históricas semifinales de Copa del Rey y la victoria en el campo del Real Madrid son el broche a una temporada deportiva en la que fue clave la confianza al entrenador en el momento más complicado, cuando desde la directiva se pedían decisiones drásticas. Pese a que según las estadísticas internas el equipo merecía el octavo puesto por ocasiones a favor y en contra, es cierto que la falta de acierto lo condenó a los puestos de descenso tras una racha de cinco empates seguidos.
Pasó factura que el primer tercio de temporada se tuvo que jugar a domicilio y contra los peores rivales por las obras del Ciutat, lo que coincidió con lesiones y sanciones, pero la confianza en el trabajo resultó fundamental. Las reuniones internas con el cuerpo técnico y los jugadores fueron claves en el despegue, lo que habla de una metodología de trabajo en equipo que es la que motivó que Quico Catalán apostara por este tipo de modelo.
El funcionamiento del área deportiva está basado en la ausencia de jerarquías definidas y un componente mixto entre la experiencia de Manolo Salvador, la formación de David Navarro, el método de Manu Fajardo como coordinador y la creación con programas informáticos propios de nuevas áreas como la de Big Data u otras dedicadas a psicología y atención al jugador. Se trabaja también con una red de scouts a nivel nacional e internacional y hay reuniones periódicas para evaluar el trabajo y despachar con el presidente.
El área deportiva, que es también una de las de menor coste de Primera, termina contrato el próximo 30 de junio, aunque la satisfacción interna con su trabajo apunta a su renovación según se prevé por los próximos tres años. Pese a haber recibido intereses de otros clubes, alertados por el milagro granota, la prioridad absoluta del actual equipo de trabajo es continuar en Orriols, donde existe un compromiso verbal del presidente para darle continuidad a medio y largo plazo a un proyecto exitoso que es el mejor se ajusta históricamente al Levante. Y es que, de la mano de Manolo Salvador y su equipo de trabajo, el club fue capaz de rebajar su deuda en 100 millones de euros gracias a las plusvalías de los fichajes y a la mano negociadora de Quico Catalán. Todo unido al buen hacer de Paco López en el banquillo. Lo que se llama trabajo en equipo.