De Martí a Garitano, los cambios que le esperan al nuevo Leganés
De aplicar la fórmula de su primera etapa, se esperan modificaciones importantes desde el sistema a la presencia de más hombres de banda y menos delanteros.
Asier Garitano ya lleva cuatro días al frente del Leganés. Dirige a un equipo al que no entrenaba desde 2018 y que mucho ha cambiado desde entonces. “Yo ya no me acuerdo ni de cómo era yo entonces”, bromeó en su presentación del jueves. Ese día afirmó que sólo pretende potenciar el “buen trabajo” que hizo Martí en el inicio de curso. Sin embargo, los estilos de uno y otro presentan matices que prometen cambiar, de ahora en adelante, la fisonomía del Leganés en los próximos partidos.
Tomando como referencia sus cuatro años por Butarque, además de las experiencias en Real Sociedad y Alavés, se intuyen modificaciones importantes. La fundamental incógnita que despejar desde el próximo lunes, cuando debute ante el Lugo (Butarque, 19:00) será la del dibujo que planteará sobre el césped.
Una pizarra con un delantero
“Yo no creo en sistemas, sino en formas de ocupar los espacios. Los sistemas son apenas un dibujo inicial”, repite como mantra este entrenador que, al sur de la capital, usó fundamentalmente dos esquemas: el 4-2-3-1 y el 5-4-1. Aquí radica la primera de esas diferencias con respecto a un Martí que apostó de principio a fin en el 4-4-2.
La sobreabundancia de delanteros (hasta seis tiene la plantilla pepinera) podían invitar a que Garitano adoptase también esta fórmula de utilizar dos puntas, algo que en el Alavés convirtió en rutina. Joselu y Lucas eran intocables. Pero lo normal es que Asier trate de imponer su sello desde el minuto 1. Eso implica una pizarra con apenas un delantero centro.
Laterales de corte ofensivo
En el librillo de Garitano manda la abundancia en la medular. También de jugadores de banda. Puros (no reconvertidos) y con alma funambulesca. Sucede que en Leganés, Garitano siempre dio importancia a los chicos que ocupaban los costados. Y en contra de lo que planea en el imaginario colectivo de su etiqueta defensiva, siempre eran piezas corte valiente.
A saber, sus laterales tuvieron aires de ataque, especialmente en Primera División: Víctor Díaz, Tito, Zaldua, Rico, Raúl García o Adrián Marín. Todos de perfil atacante. Además, cabe recordar que fue Garitano quien fichó a Rubén Peña (extremo) para reconvertirlo en lateral derecho hasta que en el curso del ascenso reeclosionó como delantero.
De perpetuar ahora aquella tendencia, en el actual Leganés podrían salir beneficiados futbolistas como Palencia, Rosales, Lasure o Silva, todos laterales de corte atacante frente a Bustinza o Javi Hernández, habituales de Martí, pero mucho más defensivos. Centrales reconvertidos a laterales, en realidad. Es ésta un tipo de mutación que Garitano no desdeñó en su anterior periplo por Butarque, pero que no era norma en sus alineaciones.
Bandas puras
Más arriba, en la medular, las bandas también solían gozar de nombres ofensivos. El Zhar, Omar Ramos, Szymanowski, Amrabat, Machís o Róber Ibáñez fueron algunos de sus interiores. A todos los enfundó en disciplinados trajes tácticos que les permitía dar rienda suelta a su ataque sin desdeñar el (obligatorio) trabajo defensivo que siempre exige Garitano.
De nuevo trasladado al presente el modelo debería beneficiar a hombres como Avilés, Ibáñez, Arnáiz o Bua, todos especialistas de la banda sin apenas recorrido (salvo Arnáiz) bajo la batuta de Martí. El mallorquín solía usar a un lateral (Palencia) en el costado e incluso a medio centros (Gaku o Rubén Pardo) en el otro.
La figura del media punta
La última diferencia entre el estilo de Martí y el de Garitano seguramente estribe en el uso de un mediapunta que ejerza de enganche entre delantera y medular, aunque con funciones de peón para equilibrar el trabajo ofensivo del resto del bloque. Es un rol que hasta ahora había sido inexistente con Martí, pero que en la anterior etapa de Garitano era vital.
Eraso (aún en la plantilla) lo fue en su última etapa. Gabriel Pires o Unai López ejercieron en ese papel antes que el navarro, que ahora podría convertirse en un habitual de las alineaciones precisamente por su buen rendimiento en años anteriores con Garitano y porque no hay muchos más hombres en el plantel capaces de cumplir con este rol, una de las modificaciones que seguramente aporte el técnico de Bergara a su nuevo Leganés.