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SUPERCOPA

La Supercopa también se ofrece a San Mamés

El equipo hizo un agradecimiento simbólico en una Catedral vacía. se culminaron los festejos por el título en la Basílica de Begoña.

Actualizado a
La comitiva, en la basílica
ATHLETIC

El Athletic ha cerrado hoy el turno de las celebraciones por la Supercopa. Lo primero, los capitanes y el técnico han ofrecido el trofeo a San Mamés de forma simbólica, con el silencio de una grada que no puede ser poblada desde marzo del año pasado. Solo se ha roto por los aplausos de la representación del vestuario. Luego, viaje a la Basílica de Begoña para ofrecer a la Amatxu el título. Muniain, De Marcos, Williams, Balenziaga y Raúl García estaban en compañía de Iribar, el presidente Elizegi, el vicepresidente Mikel Martínez y el director general, Jon Berasategi. En el sencillo acto, que se ha mantenido en el ámbito privado para evitar aglomeraciones en la actual situación de pandemia, los capitanes han depositado enfrente del altar de la Virgen de Begoña el trofeo de la Supercopa. El himno del Athletic Club ha acompañado a la comitiva rojiblanca tanto a la entrada y la salida de la basílica de Begoña.

Sin Gabarra, porque se considera un título con menos rango que Liga y Copa, y con mucho comedimiento por culpa de la pandemia, Bizkaia ha decretado una semana de felicidad, un oasis en estos tiempos de amargura por culpa del virus. Ahora los jugadores se centran en la Copa. Atrás queda una hazaña en el plazo de cuatro días, ante el Madrid y Barcelona, dos de los clubes más poderosos del mundo. Todo arrancó en Granada.  Un tanto de Yuri cuando ya parecía todo perdido después de que el Granada remontase el 1-0 de la ida en San Mamés, abrió la puertas de la final de Copa ... y de la Supercopa que ha dado al Athletic uno de los hitos más destacados en sus ya 123 años de vida.

No hay ninguna duda del nombre que liderará la lista en los anales: Marcelino García Toral. No fue quien clasificó al Athletic para la Supercopa, pero si quien le guio al título. Y eso con apenas una semana de trabajo. Otro hito. Y un detalle que le honra: siempre, desde su llegada, tuvo a Gaizka Garitano presente. Quien le dejó a dos partidos de la gloria. Hay un momento icónico de esta Supercopa que está por llegar.

Si Yuri -que curiosamente no pudo ayudar ni en Málaga ni en Sevilla- dio el billete para la Supercopa, un doblete de Raúl García al Madrid abrió las puertas de la final. Fue la revancha del navarro en un curso hasta ese momento para el olvido, con dolorosa temprana expulsión en Valdebebas incluida. Y luego está Williams. Tardó en aparecer el jugador clave en la idea ofensiva de Marcelino, pero lo hizo para agarrar el título. Y de qué manera. Con un golazo a la escuadra en la prórroga al que ya no pudo contestar un Barcelona al que en Bilbao se le demanda caer con más elegancia.

Entre las celebraciones, la gran anécdota la protagonizó Villalibre, que propició la primera expulsión de Messi en más de 700 partidos como azulgrana. Metió el cuerpo "y se ha enfadau", soltó el canterano con su habitual espontaneidad. El 'momentazo' de la Supercopa. En situaciones en las que manda el oropel, impuso la sencillez. Con su pinta de 'hispter'
despistado, sacó la trompeta y en Bizkaia, y otros muchos sitios, ya nadie se quita de la cabeza el "lolololoroloro, Athletic Club" que interpretó con ella, con sus compañeros de coro. No fue lo mejor del 'Búfalo' de Gernika, que mandó la final a la prórroga con un gol en el minuto 90, pero sí lo que más trascenderá.

Aquí dos viejos rockeros han tenido una participación decisiva: Balenziaga y De Marcos, dos de los siete que ya tenían la Supercopa en su palmarés. Había quienes les veían como pasado, pero se han vuelto a ganar el corazón de su afición. Su reivindicación es la del vestuario rojiblanco y de una plantilla que, regenerándose cada año, lleva ya más de una década dando alegrías desconocidas en el cuarto de siglo anterior. Solo por la Supercopa completada merecen su renovación.

No pueden quedar fuera de los focos de esta Supercopa Aitor Elizegi y Rafa Alkorta, presidente y director deportivo. Valedores de Garitano en un Junta Directiva dividida, fue un trago tener que echar al de Derio. Del que eran sus mayores valedores. Pero Marcelino trajo la gloria y el Athletic ya no es pasado, sino feliz presente e ilusionante futuro. Es lo que tiene lograr una hazaña para el recuerdo.