El Espanyol, entre el sonrojo y el golpe de realidad de Primera
Adiós a la Copa del Rey ante un Osasuna repleto de suplentes y canteranos. Oportunidad perdida de muchos jugadores pericos para reivindicarse.
Oportunidad perdida. “Al Espanyol le gusta la Copa”. ¿Cuántas veces lo habrán escuchado y pronunciado los seguidores pericos? Pues bien, visto lo visto sobre el césped ante Osasuna, esta temporada sobraba. Es cierto que este año quizás no era el más propicio para hacer cosas importantes en esta competición, con el equipo en Segunda, pero sí se ha dejado escapar una gran oportunidad de pisar los octavos de final e ilusionar. Osasuna llegó con un bloque repleto de suplentes y canteranos y pasó por encima de un Espanyol insulso y falto de ambición. Suplentes de Osasuna, sí, pero de Primera y el Espanyol no puede olvidar que es de Segunda. Un golpe de realidad. Vicente Moreno dio la alternativa a jugadores que necesitan reivindicarse como Vargas, Dídac, Melendo, Wu Lei, Fran Mérida y Cabrera y todos se quedaron en alta mar. Ni llegaron a la orilla.
Duda resuelta. Este equipo en Segunda puede, si permiten la licencia, cometer algún error puntual, pero cuando te enfrentas a un equipo con dinámica de Primera, pese a que sean suplentes o canteranos, te mata. Y se comprobó en una primera mitad con muchísimas sombras y ninguna luz. La Copa fue un escaparate, pero no en el sentido positivo. Sirvió para comprobar que hay futbolistas que están muy lejos del nivel que se espera de ellos. El 0-1 fue un cúmulo de errores, David López y Calero salieron en la fotografía, y el 0-2, el sonrojo definitivo. Mérida sirvió de la peor manera posible un córner, Melendo no supo cómo defender en la carrera a Roncaglia y Calero, el único que se recorrió todo el campo para intentar defender, no logró atrapar a Barja. Tocará hacer mucha autocrítica y esperar que este revolcón no afecte en Liga porque ahí sí que no hay margen de error. Toca replantearse el presente para que no afecte al futuro.
Números. Vicente Moreno apostó por colocar a David López en el centro del campo y apareció una pregunta. ¿Si se quería dar descanso a Keidi Bare, por qué no se dieron minutos a Pol Lozano? El canterano espera una oportunidad que no acaba de llegar. Parece cansado con su situación y, tras el partido, no se le vio, junto a Pedrosa y Keidi Bare, hacer carrera continua por el terreno de juego. Quizás la respuesta de querer formar un centro del campo rocoso y experimentado ante Osasuna no sea la correcta porque la medular rojilla, entre Lucas Torró y Javi Mártínez (hizo el 0-1), no supera los diez partidos en Primera.
Sonidos. El colegiado Melero López realizó un gran ejercicio didáctico sobre el césped. Dialogante con los jugadores, tuvo paciencia aguantando las constantes indicaciones de David López y en los córners fue claro: “No quiero agarrones y codos abajo”. También tuvo un momento para Vicente Moreno cuando el técnico perico se excedió en sus protestas y le pidió comprensión porque “nos podemos equivocar todos”. Pero, sin duda, el mayor indicativo que no fue el partido del Espanyol fue escuchar el “vamos, Raúl”, cuando apareció RdT al terreno de juego. Embarba, Darder, Melamed y el delantero tuvieron que aparecer para intentar que el barco no se hundiera, pero el agujero era demasiado grande.
Recibimiento. Quien sí estuvo a la altura de la eliminatoria de Copa fueron los cerca de 50 aficionados del Espanyol que, pese a no poder entrar al estadio, se acercaron a Cornellà-El Prat para alentar y recibir al bloque de Vicente Moreno. Miembros de La Curva se dejaron ver y escuchar gracias a sus banderas, bengalas, bombas de humo y cánticos.