Dembélé, frente al espejo de Fernando Torres y Morata
El francés, seguidor del Niño, llega como refuerzo invernal, pero consciente de que un buen papel le puede llevar a quedarse como ocurrió con los dos puntas.
Moussa Dembélé ya ha tenido su primera toma de contacto con el cuerpo técnico del Atlético. El francés se ejercitó por primera vez en Majadahonda con la clara misión de aprovechar su gran oportunidad. El propio delantero señalaba en sus primeras impresiones como rojiblanco que "es un gran desafío para mí. Este es un gran club conocido en todo el mundo. Es un gran paso para mí. Estoy encantado y no veo la hora de empezar".
Y es que Dembélé llega al Atlético por los próximos seis meses, pero consciente de que el club se ha guardado una opción de compra de unos 33,5 millones por si logra conquistar a Simeone. Por características, todo apunta a que puede hacerlo. A sus 24 años, posee unas cualidades que contrastan y complementan a Luis Suárez, el otro punta de la plantilla. Una potencia en carrera, capacidad para atacar al espacio y una opción de estirar al equipo que al uruguayo le va costando más aportar. Cuando el Atlético junta sus líneas más cerca de su área, como ocurrió contra el Sevilla, necesita un jugador que dé una salida con campo abierto y se convierta en un peligro para los centrales en velocidad.
El francés llega para cubrir la baja de un Diego Costa que siempre destacó en esa faceta, pero en los últimos años había ido perdiendo ese pico de aceleración que le complicaba llegar a la zona de peligro. Salvo en caso de rematadores excelsos como Suárez o Falcao, Simeone ha solido apostar por delanteros rápidos que puedan destacar al contragolpe, casos de Costa, Gameiro, Torres o Morata. Los dos últimos pueden servir como gran modelo para Dembélé, ya que también llegaron cedidos en un mercado invernal y acabaron quedándose.
Torres, su ídolo
En el caso de Torres, "mi jugador favorito de niño" según explicó Dembélé, fue a través de una operación más compleja. Cerci, que no estaba rindiendo como rojiblanco, salía cedido por un año y medio al Milan a cambio del regreso de Torres al club en enero de 2015. Unas 45.000 personas coparon las gradas del Vicente Calderón para ser partícipes de la presentación del Niño en su vuelta a casa. El '9' se reestrenó como goleador con un doblete en Copa ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu y comenzó a ganarle el puesto a Manzdzukic.
Luego llegaría Jackson Martínez, pero también acabaría sucumbiendo ante Torres, que al finalizar el año y medio de cesión y con la carta de libertad en la mano firmó por el Atlético. En total pasó tres temporadas y media en su segunda etapa en el club y fue una pieza importante para Simeone, siempre iniciando el curso de teórico suplente, pero acabando haciéndose con el puesto, final de Champions de 2016 incluida. Disputó 160 partidos y consigue 38 goles, dos de ellos en una despedida que ya es historia del Wanda Metropolitano.
Morata, goleador en solo seis meses
Morata por su parte firmó por el Atlético cuando el mercado invernal de 2019 llegaba a su fin. Cedido por el Chelsea, pero con una opción de compra valorada en unos 55 millones, el madrileño fue importante desde el primer día. Pese a su pasado madridista, Morata se decantaba por el Atlético, club en el que ya militó en las categorías inferiores y donde tenía el gran respaldo de Simeone como valedor de su incorporación. Desde el primer día fue importante. De enero a junio hizo seis tantos en 17 partidos para acabar como el segundo máximo goleador del equipo en Liga tras Griezmann y la temporada pasada acabó con 16, 12 de ellos en Liga, para ser el máximo anotador del equipo con diferencia. Con la llegada de Suárez salió cedido a la Juventus, donde está rindiendo a gran nivel (11 goles en 19 partidos) y donde el equipo italiano parece convencido de que ejercerá su opción de compra.
El gol por bandera
"Principalmente, soy delantero y me gusta marcar goles. Ése es mi trabajo. Me gusta correr al espacio, recibir el balón y marcar goles. Soy un jugador físico, pero con técnica. No veo la hora de empezar a jugar aquí". Esa era la propia definición del propio Dembélé en su presentación como rojiblanco. Pese a que no ha tenido un buen inicio de temporada, con un único gol marcado en los 16 partidos que ha disputado, el francés ha sido el máximo goleador del Olympique de Lyon en las dos últimas temporadas. La pasada hizo 24 tantos en 46 partidos, cerrando su cuenta con un doblete ante el Manchester City en los cuartos de final de la Champions. La anterior había conseguido 20 en otros 46 encuentros. En Escocia también había dejado su marca, con una primera temporada de 32 goles en 49 partidos y con solo 20 años se destapó Inglaterra con 17 tantos en 44 partidos con el Fulham. Un jugador con el gol entre ceja y ceja que sabe que desatar todo su potencial podría conllevar un futuro en rojiblanco, su gran deseo.