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BARCELONA

Un banquillo en los huesos

Koeman se encontró sin alternativas en el partido ante la Real Sociedad y se cargó de razones para que la Gestora o el nuevo presidente le traigan refuerzos.

Un banquillo en los huesos
CRISTINA QUICLERAFP

Una de las circunstancias que más llamó la atención del Real Sociedad-Barça de semifinales de la Supercopa es que los txuri-urdin tenían mejores alternativas en el banquillo que los azulgrana. Por comparar a dos jugadores que se mueven en la misma posición, resultó llamativa la diferencia entre lo que le dio Januzaj a la Real Sociedad en la prórroga y lo que Trincao aportó cuando salió en sustitución de Braithwaite. Básicamente, nada.

Pese a que el partido fue tremendamente exigente, Koeman sólo hizo un cambio en los primeros 90 minutos. Precisamente, Trincao. Luego, cuando no le quedó más remedio, introdujo a Pjanic y Riqui Puig por Busquets y Pedri, reventados. El bosnio y el de Matadepera marcaron sus penaltis, pero no hicieron una gran prórroga. En un partido que requería control, cometieron pérdidas graves de balón en zonas que beneficiaban la transición de la Real y que, por cierto, no gustaron nada a Koeman. No estuvieron bien colocados.

Con Piqué, Dest, Sergi Roberto, Coutinho o Ansu lesionados, más la ausencia final de Messi, el holandés se ha quedado sin fondo de armario y sin cintura para poder improvisar cambios para el equipo. Koeman, se cargó de razones para que el Barça, a través de la Gestora o del nuevo presidente el próximo día 24, haga un esfuerzo para reforzar el equipo. Entre otras cosas, porque lesiones como las de Piqué, Ansu o Coutinho son de larga duración. Sergi Roberto espera volver a final de enero y los únicos jugadores que pueden incorporarse pronto son Dest y Messi.

Koeman tiene un plan. Eric García y Depay son sus preferencias y el tiempo le ha cargado de razones con Wijnaldum, el centrocampista del Liverpool. Los tres, uno por línea, terminan contrato y han dado luz verde a sus fichajes. Pero la situación económica del club no invita al optimismo al holandés, que se encuentra en una situación comprometidísima. Sin fichajes y con la enfermería llenándose, contra la Real hizo un ejercicio de orgullo y supervivencia. Pero con eso no le alcanzará cada día.