Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

TENERIFE 3 - CARTAGENA 0

La eficacia del Tenerife condena al Cartagena

Dos goles de Fran Sol y otro de Shashoua le dieron tres puntos los de Ramis ante un rival que se llevó del Heliodoro demasiado castigo.

La eficacia, tan determinante en el fútbol, se manifestó en el Heliodoro donde el Tenerife goleó al Cartagena que se llevó un excesivo castigo. Sol en dos ocasiones y Shashoua fueron los encargados de castigar la portería de Marc Martínez. Entre Liga y Copa, los de Ramis llegan al quinto triunfo consecutivo.

El choque empezó sin un dominador claro: tanto unos como otros pretendían adueñarse del balón, aunque poco a poco los insulares empezaron a dominar, pero sin profundidad hasta que Shashoua habilitó a Manu Apeh quien llegó al balón antes que Marc Martínez quien le cometió penalti. Fran Sol, lo convirtió en el 1-0.

Intentó reaccionar el Efesé con Rubén Castro quien se coló entre los centrales, pero Sipcic reaccionó a tiempo y se cruzó justo cuando el grancanario ya se disponía a disparar (21’). Acto seguido probó Gallar desde lejos y desviado. Los de Aguilar empezaban a encerrar al Tenerife en su campo. Aguza desde la frontal volvió a probar (32’), pero sin puntería. Eran los mejores minutos de los visitantes ante un conjunto local desaparecido en acción y que motivó el enfado de Ramis. Antes del descanso, supo nivelar un poco la contienda el conjunto tinerfeño, pero sin mejorar demasiado su imagen.

En la reanudación, siguió siendo mejor el Cartagena que ya estaba mereciendo algo más. Sin embargo, el Tenerife volvió a mostrar su eficacia y Shashoua aumentó la renta con un ajustado disparo desde fuera del área. ¿Justo? Posiblemente no, pero el fútbol tiene estas cosas. Acusó el golpe el equipo cartaginés y pudo llegar el tercero, pero Marc Martínez desvió a puro reflejo un gran disparo de Fran Sol a centro de Apeh (61’). El madrileño tuvo revancha minutos más tarde para fusilar al meta rival y establecer el 3-0. De allí al final, los de Ramis se limitaron a dejar pasar el tiempo ante un rival que fue un querer y no poder y que empieza a complicarse su situación clasificatoria.